¿Fútbol?... o ...¡Circo! (12)
Por “Quin” 01/03/2017
Al leer el título del primero de estos relatos, “Las gentes de Arija”, es posible que los interesados en este pueblo se hayan decepcionado con lo descrito en las siguientes partes por esperar, quizá, otra clase de información “más interesante sobre la historia de Arija”. Pero en esta ocasión se refería más bien al fútbol arijano practicado en la época cuando lo patrocinaba “Cristalería Española”, haciendo alguna comparación con el fútbol actual.
Siempre, todo lo que hemos vivido en nuestros años jóvenes nos parece muchísimo mejor que lo que vivimos “de mayores”. Y solamente es porque cuando somos jóvenes lo vivimos tan intensamente, tan en primicia, tan novedoso, tan exclusivo, que pensamos que “lo vivido en aquellos tiempos no tiene rival”. Algo así me ocurre con el deporte del fútbol que, “lo de antes”, en muchos aspectos, me parece muchísimo mejor que “lo de ahora”.
Sumario
- 1 ¿Fútbol?...o... ¿Circo?...
- 2 Pasen y vean
- 3 Los equipos
- 4 Los balones
- 5 Las botas
- 6 Los autobuses
- 7 El equipamiento
- 8 Los pelos
- 9 El beso al escudo
- 10 El lenguaje
- 11 El córner
- 12 Celebrando el gol
- 13 Las mascotas
- 14 Los camorristas
- 15 Los periodistas
- 16 El imperio del gol
- 17 Exigencia a los peques
- 18 Deporte y diversión
- 19 Al final... “Fútbol”... ¡Circo!... y más...
- 20 C O N C L U S I Ó N
¿Fútbol?...o... ¿Circo?...
Llegados a este punto, quiero decir que me llama mucho la atención la transformación que va acaeciendo en el deporte del fútbol a lo largo del tiempo, que se está convirtiendo poco menos que en ¡un circo! protagonizado por jugadores, árbitros, directivos, aficionados, periodistas, comentaristas y exaltados tertulianos de televisiones.
Compruebo continuamente, por infinidad de detalles en los equipos y en las competiciones, que el deporte del fútbol que se practicaba en Arija cuando la Fábrica de Cristalería Española patrocinaba al Arija F.C. va desapareciendo, si no ya ha desaparecido. Y no me refiero solamente a los equipos de aquella Arija sino a todos los equipos que competían en aquella época.
Comparando el fútbol de entonces con el de ahora, sin pretender decir que aquel era mejor ni peor que éste, sin embargo sí notamos algunas diferencias para tener en cuenta, tales como la de ésta foto del año 1940.
Hoy día, no veo a ningún equipo de fútbol que reciba al equipo contrario entregándole ¡un ramo de flores de bienvenida! antes de que empiece ¡el partido! Más bien, compruebo que los jugadores de ambos equipos se saludan de prisa y corriendo sin casi mirarse a la cara, y dándose la mano como si los jugadores contrarios diesen calambre, porque la retiran al instante.
Y si analizamos los numerosos detalles que apreciamos en las competiciones nos inducen a pensar que el fútbol de ahora, en muchos aspectos, no es fútbol, es “circo”.
Un directivo de un gran club del fútbol actual, para disculpar las marrullerías que jugando hacen sus jugadores, le declaraba a un periodista que, el fútbol es “polémica”, es “debate”, y que las “astutas trampas” que hacen sus jugadores, junto con los “errores arbitrales”, son la salsa de la competición formando ¡un gran espectáculo!
Con lo que describimos a continuación, no pretendemos ridiculizar nada ni a nadie, ¡Dios nos libre!, En todo lo que contamos pretendemos ser lo más objetivo posible, aunque en alguna ocasión, sin mucha importancia, nos pasemos en nuestro criterio, que el lector y el protagonista sabrán disculparnos pero...
Pasen y vean
Los equipos
Al que no entienda de fútbol es posible que la foto le lleve a engaño, pues no sabrá muy bien si los retratados van a jugar un partido de fútbol o van a hacer “cabriolas” por el campo, ya que no vemos por ninguna parte ¡el balón! para jugar el partido.
Todos los equipos de antes sacaban un balón con el que se hacían “la foto” de presentación.
En ésta foto del Real Club Deportivo Mallorca vemos que en vez de un balón sacan “un niño”, y nos encontramos que en vez de retratarse con su entrenador, a la “Ensaimada Mecánica” les acompaña “un clown”. Entonces... ¿qué podemos pensar?... que van a hacer... ¡circo!
Los balones
Como el balón del equipo del Real Club Deportivo Mallorca no aparece por ninguna parte lo vamos a buscar a una tienda de deportes y nos encontramos que esto del balón es... ¡una pasada!
Antes solamente había un tipo de balón para jugar; pero es que ahora se puede jugar con unos balones multicolor ¡tan bonitos!, oficiales y de reglamento, que de por sí te incitan más que a jugar un partido de fútbol, te incitan a hacer “malabarismo circense”
Las botas
Otra de las diferencias muy marcadas que noto en los equipos de ahora con los equipos que vi jugar en Arija es en las botas.
Con las botas de fútbol pasa como con los balones. Hay tal variedad de botas en colorido y dibujos que no sabemos con cuál de ellas jugar. A mí me llama mucho la atención lo de las botas, no solamente en su forma y colorido sino también en que los equipos de hoy “no tienen la disciplina” de calzarse todos los jugadores “el mismo modelo de botas”, como hacían los equipos de antes, dando más sensación de... “¡equipo!”.
Los equipos de ahora cuando salen al campo unos jugadores calzan botas de color rojo, otros las llevan amarillas, otros se las ponen azules, otros de otro color, y esa “rotura en la uniformidad” dan la sensación de... ¡circo!
Incluso a algunos jugadores los he visto que calzan dos botas diferentes en color y dibujo. ¿Con cuál de ellas jugaríamos un partidillo?
Los autobuses
Hoy día, los equipos de fútbol se desplazan en unos autobuses ¡fabulosos!, (y cada día que pasa más espectaculares) pintados con unos dibujos que también nos inducen a engaño pues no se sabe muy bien si dentro van jugadores de fútbol o trasportan “la troupe” completa de un... “circo”.
A los autobuses los disfrazan de tal forma que el que no esté “al loro” lo mismo piensa que se trata de una caravana de mujeres solteras en busca del amor de su vida, que el transporte de políticos que van a un mitin, o el transporte de una troupe completa de... “circo”.
Y con las camisetas de los jugadores también se hacen “¡barbaridades!”. Tantas, que muchas veces no se sabe que equipos juega. Como por ejemplo con estos equipamientos:
El equipamiento
Lo del equipamiento tampoco lo entiendo muy bien. Antes, los equipos vestían unas camisetas, pantalones, medias y botas, que lo identificaban con el club, con el pueblo y con una afición. Si se quiere tenían solamente otra camiseta para, sí coincidían en colores con el equipo rival, cambiarse, pero nada más.
Hoy día compruebo, que los equipos cambian de camiseta sin ningún rubor. Les da igual que les identifiquen con un equipo o hacer el ridículo, porque no se sabe de qué visten, ya que entre la publicidad que llevan las camisetas, la publicidad que llevan los pantalones y la publicidad que llevan las medias y las botas, terminan siendo un equipo de... “circo”.
¿Y qué me dicen ustedes de este peculiar y “horroroso atuendo” del Athletic Club de Bilbao denominado “Kétchup”? Estas camisetas ya es “el colmo de los colmos” ¿Lo identificarían ustedes con la vestimenta tradicional del famoso club de fútbol: honesto, caballeroso, serio y ejemplar “de toda la vida”?
Con este peculiar atuendo denominado “Kétchup” compitieron los vascos al inicio del siglo XXI.
Este equipo del Athletic Club de Bilbao ¡posa muy bien! Pero...¡ay!... las puñeteras camisetas no son “de club de fútbol”, son más bien para hacer... ¡circo!.
Los pelos
En esto de los pelos de los jugadores debería intervenir Sanidad. Porque está muy bien que los jugadores quieran ser más originales y guapos de lo que son, pero pudiera darse el caso que “dentro de esos looks” tan maravillosos y modernos pueden habitar esos bichos tan molestos que en los colegios de niños alarman mucho.
Viendo a éstos jugadores me atrevo a decir (con su permiso y si me dejan, en plan de amigos), que no se sabe muy bien si se adornan la cabeza con un “pulpo disecado”, un nido de “pájaro desconocido” o un nido de “avispas asiáticas”. Opino que, por higiene, por comodidad en la ducha y por más guapos, estarían mejor con un corte de pelo ¡al cero!
El beso al escudo
Antes los jugadores jamás besaban el escudo del club. Porque el amor por el club se lleva dentro, en el corazón, no en el escudo de la camiseta. ¿Por qué besarán tanto el escudo del club?
No entiendo esta moda de besar el escudo nada más llegar a un club, cuando ese arraigo en el cariño se adquiere a lo largo de la vida futbolística. Por ejemplo: cuando el jugador ha nacido en el mismo sitio que el club y ha salido de la cantera. Entonces es posible que dé por su club la última gota de sangre sin necesidad de besar el escudo, como ocurría con los equipos de Arija.
Con esto no pongo en duda la profesionalidad de los jugadores. Sí pongo en duda “el cariño al club que pretenden demostrar besando el escudo”.
Me atrevo a decir que ese beso “¡NO SALE DE VERDAD!”, sale sin cariño, pero es así. El fútbol está lleno de mercenarios (profesionales por supuesto) que se deben al club que les da de comer.
El lenguaje
Estos otros hablan otro lenguaje diferente que los anteriores. Parece un lenguaje estilo jeroglífico egipcio. Es un lenguaje con signos tan extraños del fútbol moderno que los jugadores “de antes de la guerra” (como suele decirse) no sabrían descifrar porque ellos no hablaban estos idiomas.
El córner
En fútbol el lanzamiento del balón desde el córner siempre ha tenido un gran valor futbolístico como “jugada”, pues de toda la vida se ha dicho que es “medio gol”. Pero desde que en el atuendo de los jugadores hay tantos colorines ha pasado a ser más bien un “espectáculo de circo”
No me digan que las medias, las botas y el balón, no es un cuadro tan pintoresco que más que un lanzamiento de córner parece que va a hacer un número de... ¡circo!
Celebrando el gol
Lo de la celebración de los goles no sabemos hasta dónde puede llegar. Se empieza por “esconder el balón” debajo de la camiseta, se sigue dando volteretas de “circo” y se termina “como un carnaval”.
También he visto a los jugadores haciendo montoneras, besándose en la boca, y gritando a los forofos del equipo contrario, ¡toma!... ¡toma!... y... ¡toma!...
IZQUIERDA: Riki y Lassad del Deportivo de la Coruña celebran la consecución de un gol con Riki "embarazado". CENTRO: Klose de la Selección Alemana celebra un gol con una gran voltereta de... ¡circo! DERECHA: Marco Reus y Pierre-Emerik del Borussia Dortmund, imitan a “Batman” y “Robín” para celebrar un gol.
Los futbolistas también llevan tatuajes, y esto, aunque parezca algo inocente a simple vista, tiene un gran impacto sobre los jóvenes y los niños aficionados al fútbol que ven a sus ídolos “¡como dioses!”, y los quieren imitar “en todo”. Algunos chavales se tatúan diseños parecidos a los que lleva su futbolista preferido, embadurnándose el cuerpo sin necesidad, solo porque es una forma de sentir conexión con él.
Cuando marcan un gol, los jugadores no tienen reparo en exhibir sus maltratados cuerpos con esos tatuajes que, pensarán, son únicos en el mundo y les dan personalidad.
Ibrahimovic, Lavezzi y Kevin Prince, después de marcar un gol gritan de una forma ¡tan violenta! exhibiendo sus tatuajes que, más que alegría ¡dan miedo!
¡Pero qué cosa tendrá el gol! En el fútbol moderno quien mete un gol se vuelve completamente histérico. Esto antes nunca pasaba. Si acaso se daban una palmadita en la espalda.
No salgo de mi asombro. Dicen que la FIFA “¡rinde homenaje!” a los tatuajes de los futbolistas.
Un horror y un error por parte de la FIFA alentar los tatuajes, porque las sustancias inyectadas en los tatuajes pueden ser cancerígenas.
Las mascotas
Algunos equipos recurren a las mascotas para animar el ambiente futbolístico en los partidos; pero no me negarán que son “personajes” más de ¡circo! que de fútbol, aunque las hay muy acertadas representando a su equipo.
En representación de todas las mascotas que hay en el fútbol, traemos aquí a la mascota del Club Atlético Osasuna, que es un club de Pamplona (Navarra-España), y que deportivamente se le conoce simplemente como “Osasuna” (“Salud” en el idioma euskera).
A la mascota de Osasuna la llaman “Rojillo”, pues representa a un simpático aficionado del Club Osasuna vestido con el uniforme completo del equipo y caracterizado por una amplia cabeza, una nariz respingona y una gran txapela o boina. “Rojillo” suele aparecer antes y durante el descanso de los partidos de fútbol celebrados en el campo de “El Sadar” para animar y divertir a la afición.
Los camorristas
Los camorristas son... “¡los de siempre!”. Los que ya, desde pequeños, se sienten matones en escuelas y colegios y acosan y martirizan, porque sí, a sus compañeros de clase. Los que de mozos provocan peleas en las fiestas de los pueblos, en los bares, en salas de baile y en acontecimientos donde las gentes pacíficas se divierten. Los que en política pretenden destruir todo lo bueno construido porque ellos no son capaces de mejorar lo establecido. (También ocurre que muchos matones y canallas se arriman al bando vencedor, sobre todo si son dictaduras, para impunemente cometer atrocidades, como ocurrió en nuestra Guerra Civil)
Los camorristas son los que se apuntan donde haya que desestabilizar “algo bueno”. Llevan “la maldad” incrustada en sus cuerpos. No hay razón que les haga desistir de su comportamiento. Tienen que ir “en manada” porque uno a uno no se atreven a hacer las salvajadas que hacen en grupo. Se aprovechan de acontecimientos que les permitan justificar su violencia. Son las hordas salvajes que destruyen por destruir.
Los periodistas
Cuando era joven, los periodistas deportivos, con sus retransmisiones y crónicas deportivas, proporcionaban al aficionado al fútbol, “diversión”, “información” y “patria”.
Los periodistas de hoy día, posiblemente por la gran competencia que hay de televisiones, periódicos, y emisoras de radio, al pretender hacer un periodismo deportivo de una forma “¡espectacular!”, “¡llamativa!” e “¡incisiva!”, casi de una forma “violenta”, con su manera de hacer ese periodismo ¡exacerban a los aficionados!, si no fomentan frustración e inquietud en el aficionado.
El imperio del gol
Hay una famosa frase de Luis Aragonés, el que fuera entrenador de la Selección Española de Fútbol, cuando explicaba a los jugadores que la clave del fútbol es... “Ganar, ganar y ganar, y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar, y ganar, y eso es el fútbol, señores”.
Pues no. El fútbol no es ganar, ganar y ganar, y volver a ganar. Eso es en lo que el fútbol se ha convertido. En lo que entre todos: futbolistas, entrenadores, directivos, prensa y aficionados lo hemos convertido. Estamos matando al “deporte del fútbol”.
El fútbol, que es un juego y un deporte, lo hemos convertido en una decepción, una frustración de nuestra existencia, no solamente si no ganas un partido sino que también hay que ganar el primer puesto de todos los campeonatos que se juegan.
Exigencia a los peques
Todas las extravagancias del fútbol profesional se introducen sibilinamente en el fútbol juvenil. Todo ello viene por transformar el fútbol juvenil en una competición a veces más encarnizada que los campeonatos de primera división, ya que los padres de los niños pretenden a toda costa que su hijo sea The Best (“El mejor”), creyéndoselo muchas veces.
Esa filosofía de Luis Aragonés de que la clave del fútbol es “ganar, ganar y ganar”, está muy bien como incentivo para el profesional; pero es que también se exige en los campeonatos de equipos de niños pequeños de 7 años, hasta el punto que, en los colegios, cogen para el equipo a chavales que no van a ese colegio solamente porque “son un buen refuerzo para ganar el campeonato”, quedándose los chavalines que estudian en dicho colegio sin poder jugar al futbol, que es su gran ilusión; porque el entrenador, con la aquiescencia de los padres lo permiten.
Hay padres que en los partidos de sus hijos pierden los papeles: gritan, insultan al árbitro y hasta a los niños del equipo contrario. En el fútbol infantil se trata de educar a los hijos a través del deporte, no de hacerles ganadores de un campeonato de colegio por ver si les ficha un equipo grande.
Deporte y diversión
Lo normal en los equipos juveniles es que haya chavales que jueguen bien al futbol, ilusionando a los padres.
Hay partidos de fútbol de chavales que son mucho más divertidos que los de los profesionales. En todos los equipos de categorías alevín, infantil y cadetes hay muchos chavales que juega ¡pero que muy bien!
No es algo extraordinario ser bueno con 7, 11 o 15 años, y, desgraciadamente, también “es normal” que los padres, incluso los entrenadores, caigan en el error de creerse que esos niños ya son “figuras”.
El deporte del fútbol, que en edades infantiles debe ser ¡diversión!, por la exigencia a los chavales lo convertimos en “tragedia”. En Arija, en tiempos de Cristalería Española, como los partidos los organizaban los mismos chavales sin intervenir los padres ni ningún organismo oficial, los partidos que jugaban siempre eran ¡pura diversión!, pues no había exigencia futbolística.
Hoy día hay tal “picadillo” entre los padres que en los partidos de fútbol juvenil hay “tumultos”, “agresiones” y “desavenencias”. Los padres son el principal problema en el fútbol juvenil.
Mucha gente está de acuerdo en que la violencia en el deporte juvenil hay que erradicarla, pero no se sabe cómo hacerlo.
En muchos partidos de juveniles tiene que intervenir la Policía. Cualquier individuo salta al campo y le da un puñetazo en la cara al árbitro. O arma una gresca con los padres del equipo contrario porque no le gustó el penalti que le han pitado a su “niño figura”.
En Arija, en los tiempos que describimos los relatos, todas las desavenencias de los partidos se resolvían entre los mismos jugadores ayudados por amigos que iban a ver los partidos, sin intervenir padres ni gente extraña, y siempre se arreglaban amigablemente.
Los jugadores de fútbol de las categorías inferiores son el futuro de los equipos de primera división. El objetivo de los campeonatos es que aprendan a jugar para conseguir los mejores resultados, pero también para crecer como jugadores y como personas.
Los padres tienen que ser conscientes de que están educando a sus hijos en un “deporte” y no a “figuras futbolísticas” que, si son buenos, ya saldrán.
Los chavales de Arija, y también los más mayores, no tenían ningún conflicto con la violencia en los partidos de fútbol. No había zancadillas malévolas, ni codazos a la nariz, ni manotazos a la cara. Su juego (además de verdad) siempre fue “limpio”.
Toda la “diversión deportiva” que se había disfrutado en los equipos inferiores se llevaba en el ánimo y estaba presente en los equipos de los mayores.
En el “deporte por el deporte” no hay ninguna atadura por los resultados. Los equipos de Arija como no jugaban ligas ni campeonatos que comprometiesen al club, ni económicamente ni deportivamente, no era ninguna tragedia “ganar” o “perder”. Los partidos se jugaban para ganarlos, evidentemente, pero si se perdían no había ese disgusto “catastrófico” que hoy día tienen los clubes de fútbol, los grandes y los pequeños. No había “pesadumbre”, ni en los jugadores, ni en los aficionados.
(Los equipos de Arija jugaban partidos independientemente por las fiestas, algún campeonato triangular o partidos de "Sindicatos”, de “Educación y Descanso”, o de las “Diputaciones”)
Al final... “Fútbol”... ¡Circo!... y más...
C O N C L U S I Ó N
Dando por terminado el presente relato convenimos en que el fútbol es: circo, espectáculo, diversión, locura, decepción, alegría, rivalidad, expansión, sufrimiento, evasión, olvido, provocación, animación, entretenimiento, fiesta, jarana, vacilada, goce, juego, esparcimiento, recreo, placer, solaz, distracción, pasatiempo, descanso, ocio, bachata, jolgorio, exhibición, manía, trastorno, paranoia, disparate, barbaridad, excentricidad, absurdo, desilusión, desengaño, desencanto, fracaso, fiasco, frustración, disgusto, engaño, jovialidad, broma, entusiasmo, marcha, optimismo, gozo, desahogo, padecimiento, pena, angustia, tortura, malestar, conformidad, paciencia, aguante, relajación, aislamiento, parné, pasta, plata, dinero, y dinero, y más dinero, y venga dinero, y dinero, y dinero, y dinero, y eso es el fútbol señores”.