Alboroto en el bar (10)
Por “Quin” 04/01/2017
Al escribir este relato, que se refiere a aspectos deportivos de cuando vivíamos en Arija en edades de ir a la escuela, o sea, a pocos años de terminada la Segunda Guerra Mundial, la escucha del fútbol y la política por la radio de entonces me ha recordado la política escuchada y vista en las televisiones de hoy y, dado “el alboroto” que hay entre los partidos políticos, que en muchos aspectos se asemeja a los que provocaron nuestra Guerra Civil, “me tientan” a decir cuatro cosas, sin entender ni mucho ni poco del tema y sin venir a cuento del relato pero que… “¡el cuerpo me lo pide!”.
Según he leído y escuchado a politiquillos de poca monta, nuestra Guerra Civil se produjo porque “un día se levantó Franco con el capricho de mandar en España”, y como era militar, armó una guerra para quitar el poder, legítimamente establecido, a los republicanos.
Otros han escrito que “la sublevación de Franco” provocó la Guerra Civil.
A alguno he leído en su libro que, Franco no nos metió en la Segunda Guerra Mundial porque lo impidió Churchill y la Banca March, pero estuvo en un tris de hacerlo.
En fin, opiniones que son barbaridades históricas escritas en libros.
Y, ya puestos, por mi cuenta digo:
¡¡¡Todas las guerras son “¡crímenes!”, “¡barbaridades!” y “¡despropósitos!” de los contendientes, incluida nuestra Guerra Civil. Pero que…
En una guerra de “dos bandos”, donde los dos ¡se dieron de lo lindo!, si no hay pacto, uno de los dos termina ganando. La pregunta del millón es: “quién de los dos” debería haber ganado nuestra Guerra Civil.
En Arija, en las escuelas, los maestros me enseñaron que José Antonio Primo de Rivera dio la “señal de alarma” de la política, los desmanes y las doctrinas perniciosas que los republicanos querían imponer en nuestra patria (quizás por ignorancia), amén de los desórdenes callejeros y de las tendencias separatistas de vascos y catalanes siendo que, “el ejército”, se sublevó porque dado el caos político y crímenes sin sentido de altas personalidades, España dividida, desaparecía como nación: su religión, su cultura y sus costumbres.
En la actualidad, después de 81 años de terminada la Guerra Civil, hay partidos políticos y personas que con su actitud “ratifican” que la Guerra Civil de España la debió ganar… ¡Franco! Porque éstos partidos políticos y personas afines a las doctrinas del bando perdedor, demuestran otra vez más ser “¡enemigos de España!” ya que hoy día piensan y actúan exactamente como aquellos que eran disgregadores con el territorio y conflictivos con la identidad española.
¿Por qué?
Porque después de los miles de muertos de nuestra Guerra Civil, y la paz y el bienestar que con mucho sacrificio se ha llegado a conseguir, hay políticos que actualmente pretenden, ¡¡¡ otra vez !!!, disgregar, dividir, trocear España, siendo “¡traidores!” hasta a sus propios muertos.
Habrá que repetirlo siempre: “Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía topográfica. Pero una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una UNIDAD DE DESTINO EN LO UNIVERSAL. Esa unidad de destino se llamó y se llama España”. (Lo dijo un gran español hace 81 años. Parece ser que la memoria histórica sirve de poco).
Las “mini naciones” nos llevan a la ruina y a la nada. Los pueblos que componen el Estado Español, ¡tan nobles y llenos de virtudes!, pueden desarrollar al máximo su personalidad y costumbres dentro de España. (Son, “los politiquillos”, que no respetan nada, los que con su palabrería y perversas intenciones ¡nos engañan!).
En aquella época, en ésta y en todas, señores de E.T.A. y simpatizantes, “¡no es verdad!” que a los vascos se les odiara. A los vascos se les quería, a los bilbaínos se los admiraba y a los jugadores del Athletic de Bilbao se los adoraba. Lo que siempre se ha querido es “no trocear España” y son ustedes con sus fechorías “los que provocan los odios” a las Vascongadas.
Pienso que los que odian la bandera española es porque representa “espíritu católico”. (No facha)
Creo que la política iría mucho mejor votando a la “actuación de las personas”, y no a los “partidos políticos”. Los partidos políticos son una engañifa.
En elecciones con listas cerradas, “aflora sin remisión” la corrupción y las mafias, y la política termina en malas prácticas.
La Justicia, que a pesar de sus afinadas sentencias “¡nunca lo es!”, si no es absolutamente independiente de la política termina convirtiéndose en “verdugo”.
El “acoso” y el “fracaso” escolar vienen por la “desautorización” a los profesores y el “desamor” de éstos a sus alumnos.
La mejor enseñanza que se puede hacer en las escuelas para que los alumnos adquieran conocimientos, discernimiento y comprensión, es hacer los estudios “en el idioma castellano”. Lo digo claramente por los idiomas autonómicos que se pueden estudiar como complemento porque… así como “el latín es superior al castellano” en expresión, definición y razonamiento, asimismo lo es el castellano de los idiomas autonómicos.
La “comprensión lectora”, de la que ahora se habla, se adquiere sabiendo a fondo la “ortografía” y la “gramática” del idioma, y es imprescindible para interpretar bien lo que se lee y lo que se escribe.
Está más que sabido que el comunismo destruye individuos. Lo hemos comprobado cuando delinquen malhechores de países del Este que tuvieron regímenes comunistas: ¡no tienen alma!
El socialismo nunca termina de llegar a su sitio: será porque conduce “a ninguna parte”.
Quien tiene dinero quiere más dinero y para él “los pobres no existen”. Esto en políticos en el poder es ¡peligrosísimo!
Los defensores de los partidos políticos mienten continuamente y los periodistas son tan culpables o más que ellos de que la gente de a pie “se soliviante”.
Algunos políticos quieren “conservar” lo establecido y otros quieren “cambiarlo”; a unos los clasificamos como de “derechas” y a otros los clasificamos como de “izquierdas”; a unos los llamamos “rojos” y a otros los llamamos “azules”, pero hay una tercera vía que engloba a todas: “¡el amor al prójimo como a uno mismo!”.
Los periodistas deportivos, antes, con sus crónicas y retransmisiones, “difundían entretenimiento y patria”. Algunos periodistas de ahora hacen monstruosos aficionados por pretender hacer “extraterrestres” a equipos y jugadores.
Este mundo no tiene salida, está abocado a su ¡Fin!
En aquella época imperaba “la radio”. Todas las noticias de política, partes de guerra, deportivas, y entretenimiento, las escuchábamos por “la radio”.
En Arija había mucha afición al fútbol, y no nos perdíamos ningún partido internacional que Radio Nacional de España transmitía por medio del inconmensurable locutor Matías Prats (padre).
El día 12 de Junio del año 1949 se celebró un partido amistoso entre Irlanda y España y también fuimos a escucharlo al bar. En el bar los partidos se disfrutan mucho más al encontrarte con aficionados entusiastas que siempre terminan armando ¡un gran alboroto!
El “alboroto” que se formó en el “BAR ALBERDI” de Arija se remonta, como digo, al día en que la Selección Nacional de España jugó ese partido contra la Selección de Irlanda en Dublín.
Era cuando nuestra Selección empezaba a destacar en el fútbol mundial y se avecinaban los Campeonatos del Mundo en Brasil, en Rio de Janeiro en el año 1950.
Selección de ESPAÑA – Temporada 1949-50.- De pie: Benito Díaz (entrenador), Ramallets, Gonzalvo III, Gabriel Alonso, Gonzalvo II, Puchades, Dr. Cabot (médico), Ramírez (secretario RFEF); Agachados: Basora, Igoa, Zarra, Panizo, Gaínza y Parra – INGLATERRA 0 ESPAÑA 1 (Zarra) – 02/07/1950 – Mundial de Brasil, 1ª fase, grupo II – Río de Janeiro, estadio de Maracaná – El mítico gol de Zarra dio el pase a España.
Como decimos, antes de este campeonato de Rio, la Selección jugó ese partido amistoso contra la Selección de Irlanda en Dublín.
Fue en el Estadio Dalymount Park de Dublín.
El árbitro era Arthur Ellis (Inglaterra)
La alineación por la Selección Irlandesa fue: Godwin; Crey, Martín; Keaner, Farrell, Moroney; Corr, Gannon; Walsh, McGowan y Hartnett.
Goles por Irlanda: Martín (1) (en el minuto 10, de penalti).
Goles por España: Zarra (2) (en el minuto 29 y en el 34), Basora (1) (en el minuto 32) e Igoa (1) (en el minuto 85)
Debutaron Antúnez, Basora, Artigas y Venancio.
La alineación de la Selección Española en el partido contra Irlanda fue: el portero Eizaguirre (de la Real Sociedad) que era el capitán; los tres defensas eran Asensi (del Valencia), Antúnez (del Sevilla) y Lozano (del Atlético de Madrid); y los medios Gonzalvo III (del Barcelona) y Puchades (del Valencia), y los cinco delanteros fueron Basora (del Barcelona), Venancio (del Athletic de Bilbao), Zarra (del Athletic de Bilbao), Artigas (del Español) (después le sustituyó Igoa (del Valencia)) y Gaínza (del Athletic de Bilbao). Los entrenaba Benito Díaz.
ESPAÑA en el partido contra Irlanda.- De pie: Antúnez, Venancio, Asensi, Artigas, Lozano, Puchades, Eizaguirre Agachados: Gonzalvo III, Basora, Gaínza, Bañón (portero suplente), Zarra.
El partido se retransmitía por Radio Nacional de España y la retransmisión la hacía el inolvidable locutor Matías Prats que, después de la guerra, “con su magistral uso del español” hacía patria al retransmitir los partidos.
Como he dicho ya otras veces, en Arija había mucha afición a los deportes, siendo el número uno “el fútbol” y... “el número uno”, como aficionado al fútbol en Arija era sin ninguna duda Antonio Seco “El chepa”, (tenía una gran joroba en su espalda, y otra más pequeña en el pecho). Aquí quiero hacer un inciso y pedir perdón a quien corresponda por si en algo ofendo, pero lo que rememoro lo escribo con todo el cariño del mundo, que el lector no lo puede captar, y quiero aprovechar también la ocasión para decir públicamente que Antonio Seco era una de las mejores personas que conocí en Arija. También... quiero contar la verdad. Antonio era un gran tipo, formal e inteligente, muy conocido en Arija, con una desmedida afición por el fútbol.
Antonio era “cheposo” y “cojo”, y también “un poco sordo”. Cojo porque tenía una pierna bastante más corta que la otra y siempre llevaba con él “¡una buena cachava!” para apoyarse y poder andar con más facilidad, pues siempre andaba “¡como dando tumbos!” ya que al calzado del pie de la pierna corta no le ponía ningún suplemento.
En este partido contra la Selección de Irlanda fue cuando Matías Prats, u otro periodista, no lo sé muy bien, le pusieron a Gaínza, el fenomenal extremo izquierda del Athlétic Club de Bilbao y de la Selección Española, el sobrenombre de “El Gamo de Dublín”, por cómo, imparable, corría una y otra vez la banda izquierda del campo haciendo espectaculares regates, aunque ya los aficionados de Bilbao le habían bautizado cariñosamente con el mote de “Piru”, “Piru Gaínza”, que en aquel partido se destapó y se consagró como jugador internacional entusiasmando al locutor por las “carreras”, “regates”, “fintas” y “diabluras”, que continuamente hacía dejando sentados en el suelo en más de una ocasión a los defensas irlandeses.
Estábamos en el “BAR ALBERDI” con mucha gente, escuchando por la radio la retransmisión del partido que, como Matías Prats era tan patriota y tan futbolero y narraba tan detalladamente las jugadas, ¡se nos erizaba el vello! al escuchar las buenísimas jugadas que hacía la Selección Española y “la furia” de los jugadores que con tanto detalle y vehemencia describía Matías, ¡entusiasmado! por los regates de Piru, los remates de Zarra, las galopadas y centros de Basora, y las paradas de Eizaguirre.
FOTO IZQUIERDA: Terraza del “BAR ALBERDI” en Arija-Vilga. Fecha: hacia 1950. Luis Riobello y amigos en una mañana de chiquiteo. Personas identificadas: Sentados: 1-x, 2-x, 3-x, 4-Saturnino Lantarón “Rubio" (delantero centro del Arija F.C.), 5-Emiliano Montejo, 6- Luis Riobello, 7-x De pie: 8-x, 9-x(niño), 10-x(boina), 11-x
FOTO DERECHA: Fecha: 7 de julio de 1946 Lugar: Arija-Vilga, “BAR ALBERDI”. Descripción: Parroquianos del Bar Alberdi. Personas identificadas: 1-niño, 2-Luis Alonso Cámara, 3-x, 4-Amancio (camarero del bar Alberdi), 5-Virgilio Cuesta García (hijo de Benjamín y Petra: recién venido de Rusia de combatir con la División Azul enviada por Franco en la Segunda Guerra Mundial), 6-Joaquín Alberdi (hijo bar Alberdi) (En aquellos años, el tener un abrigo como el de Joaquín era signo de prosperidad).
"Curiosidad": El "BAR ALBERDI" era un bar muy popular en Arija. Allí se reunían las cuadrillas más juerguistas. Grupos de personas mayores que se jugaban sustanciosas cantidades de dinero al "julepe" o al "póker". Reñidas partidas de dominó y cartas. Chiquiteo, cervezas y buenos cafés copas y puros. Los chavales iban a este bar cuando por la radio se transmitía algún partido internacional de la Selección Española de Fútbol.
La radio estaba encima de una mesa de jugar a las cartas, y apiñados sobre ella había un montón de chavales aficionados al fútbol, entre los que estaba también, muy próximo a la radio por lo de la sordera, Antonio Seco. Los demás aficionados y clientes del bar estaban por otras mesas o apoyados en la barra del bar.
Las retransmisiones de los partidos internacionales, en Arija, se esperaban con mucha ilusión y mucha expectación, y en los bares siempre eran “¡una fiesta!”.
Los chavales en estas circunstancias siempre arman unos pequeños jaleos y ruidos por quitarse entre ellos las sillas, por el ir y venir de la calle al bar y del bar a la calle, por tirar al suelo los envoltorios de las chucherías, por escupir las cáscaras de los frutos secos que, como conejitos, comían sin cesar; o por “¡esas bromas!” de toquecitos en la espalda, incluyendo los “capones”, que los chavales se suelen dar cuando el panorama está “¡un poco alborotado!”.
El primer gol del partido lo metió Irlanda, “de penalti”, por medio de “Martín” que parece un nombre español pero que era un irlandés que se llamaba Cornelius Joseph Martín, aguándonos un poco la fiesta y la alegría que había por el bar. Los chavales no paraban de hacer comentarios, exclamaciones, puñetazos en la mesa, dándose empujones entre ellos, metiendo ruido y yendo y viniendo a la mesa donde estaba la radio haciendo gestos de desesperación. Antonio, de muy buenas maneras, ya nos había advertido varias veces “¡que nos estuviésemos quietos!”, sobre todo “callados”, porque como no oía muy bien se perdía, según nos decía, las mejores jugadas que Matías Prats, con su animada narración, “describía a la perfección”.
Los chicos se callaban… sólo hasta que Matías Prats nos retransmitía la siguiente ¡buenísima jugada! del combinado español, que siempre eran mucho más buenas y emocionantes escuchándoselas a Matías que viéndolas en el campo.
Según avanzaba el partido, “con jugadas de levantarse del asiento”, según el locutor, al Zarra se le ocurrió meter un gol como los que solía meter en el campo de fútbol de San Mamés (La Catedral), o sea, de esos inolvidables que hacen el milagro de que te abraces con el que tienes al lado aunque no lo conozcas de nada, y que nos suponía el empate. Después de la alegría y de un “pequeño alboroto” entre los chavales, éste gol nos dio una cierta calma que, Antonio, sin decir nada, nos lo agradecía.
El partido siguió con cierta tranquilidad en el campo por lo que nos relataba Matías; y en el bar, por la actitud tranquila que en ese momento tenía la exaltada cuadrilla de imberbes forofos. Esa calma chicha duró... como un caramelo a la puerta de un colegio porque… a otro jugador nuestro, que el Matías le llamaba Basora, que era un habilidoso, veloz, perseverante, tenaz, inquieto, y un pedazo jugador del Fútbol Club Barcelona que jugaba de extremo derecha, se le ocurrió meter ¡otro golazo! que, ¡éste sí!, tuvo la virtud de “alborotar” a todo el avispero de la hinchada juvenil. Aquello fue el desmadre, “el alboroto”, la alegría, los abrazos, el ir y venir sin sentido, el chirriar de las sillas al moverlas, los puñetazos de los chavales en la mesa, las palabrotas, que se yo la que se armó para celebrar el tanto del jugador del “Barça”. Se armó la marimorena por habernos puesto por delante en el marcador.
ANTONIO no paraba de gritar inútilmente que nos callásemos, “que se perdía” toda la emocionantísima narración de Matías Prats. ¡¡¡ERA IMPOSIBLE!!! No le oían, no le veían, no le escuchaban. ¡¡¡No le hacía caso nadie!!!... Los chavales seguían a lo suyo: festejando, gritando y jaleando el gol de Basora.
ANTONIO se empezaba a cabrear de verdad, porque para él el fútbol formaba parte de la sangre que le corría por sus venas y no digamos nada cuando jugaba el Athletic Club de Bilbao o la Selección Nacional, como era el caso. Tuvo que recurrir a su “buena cachava” para que, a duras penas, poner un poco de orden ayudado por otros aficionados que estaban en el bar.
De muy mala gana los chavales se iban calmando algo mientras el balón discurría por el centro del campo, sin peligro, según nos relataba Matías Prats. Pero aquel día resultó ser uno de esos partidos “¡mágicos!”.Todo le salía redondo a la Selección de España. Era uno de esos partidos que a todos los aficionados nos dan la esperanza de que pudiéramos llegar a ser... ¡Campeones del Mundo!
Ahora sí que estaban “alborotados” los chavales. Cada palabra de Matías Prats era una inyección para “el alboroto más ruidoso ” de toda la chavalería que se apiñaba en torno a la mesa donde estaba la radio, sumidos en un gran jolgorio. Según el locutor, por el juego arrollador que exhibía la Selección Española se mascaba… ¡¡¡el tercer gol!!!
Ya no se podía oír casi nada: se mezclaban en el aire toda clase de señales acústicas, comentarios, opiniones, palabrotas, risas, pronósticos, empujones, nervios, ruidos con las sillas, la mesa que se movía, ¡qué sé yo!, era como una pequeña bomba a punto de estallar. En lo álgido del maremágnum y gritería que toda la cuadrilla de chavales había formado, todavía se pudo oír la voz tenue de Matías que salía como de ultratumba que, Zarra, el noble y fantástico delantero centro del Athletic Club de Bilbao tenía engatillado el pie derecho como para tirar a gol. En ese momento toda la cuadrilla de chavales que estaban aplastando la radio (casi ahogaban a la Selección y a Matías Prats), sin dejar al locutor que terminase de relatar la jugada gritaron todos al unísono con la estridencia de muchos decibelios y como obedeciendo a la voz de mando de un sargento de la legión:
¡¡¡GOL!!! ¡¡¡GOL!!! ¡¡¡GOL!!! ¡¡¡GOL!!! ¡¡¡GOL!!! ¡¡¡GOL!!!
Como no se había oído nada se armó la de San Quintín... No se sabía si había sido gol o no, si había continuado la jugada, o si Zarra había salido despedido por los aires zancadilleado por algún contrario.
Antonio... ¡¡¡YA - NO - PUDO - MÁS!!!... Para intimidar a los chavales y hacerlos callar de una vez por todas, ¡blandió en el aire su gran cachava! seguido de un... ¡¡¡CALLAROS!!!... ¡¡¡JODER!!!... que “el joder” salió rozándome la cabeza, pero no así “la cachava”, que por hacerlo tan desesperadamente se le escapó de la mano a Antonio impactándome de lleno en la molondra, dejándome “el recuerdo del partido” hasta el día de hoy acompañado de un hermoso chichón.
En la repetición de la jugada que describía el locutor, entre murmullos, por una voz que me pareció salida de debajo de la tierra porque todos los chavales tapaban la radio, pude oír al gran Matías Prats decir que había sido... ¡¡¡GOL!!!
La tarde fue redonda, ¡apoteósica! para la Selección Española, porque no conformes con el 1 a 3 a nuestro favor, a otro gran jugador de nuestra Selección con el nombre de “Igoa”, para rematar el partido dejó la firma de España dentro de la portería de Irlanda con ¡otro golazo!, para satisfacción y disfrute de... "ANTONIO SECO" (“El Chepa” de Arija).
Como recuerdo de todos aquellos partidos escuchados "por la radio", que en Arija, después de nuestra Guerra Civil nos dieron tantos días de emocionantes jugadas narradas por el inolvidable Matías Prats, y en memoria y homenaje de todos los jugadores que han pasado a mejor vida, terminamos el relato con unas pinceladas del jugador del Athletic Club de Bilbao “Iriondo”, ejemplo como persona y futbolista para los chavales nuevos al deporte del fútbol, entresacadas de una crónica del 25 de Febrero del año 2016 escrita por el periodista Eduardo Rodrigálvarez.
Fallece el último superviviente de la delantera mítica del Athletic de los años 50
A Rafa Iriondo costaba mucho desdibujarle la sonrisa. Se la borró la muerte a los 97 años mientras quizá por su cabeza circulaban imágenes de San Mamés, o del Benito Villamarín, o de Atocha, o de Garellano, o de su gato marrón y juguetón que le rodeaba por el sillón desde donde veía el fútbol con la mirada fija y las emociones controladas.
Rafa Iriondo ha sido el último de la fila mágica, aquellos cinco de abajo en la fotografía que conformaron la delantera mítica del Athletic. Se fueron yendo, Panizo, Venancio, Gaínza, Zarra. Y él ha sido el último, él que era el primero en esa retahíla que todo aficionado al fútbol tan bien conoce.
Iriondo era el 7 cuando los delanteros se contaban del 7 al 11 por estricto orden de ubicación en el campo. Por eso Iriondo, que era extremo derecho, iba el primero y le seguía Venancio, el interior derecho, y Zarra, el delantero centro, y Panizo, el interior izquierdo y acababa con Gaínza como extremo izquierdo.
Iriondo iba viendo como sus compañeros y amigos le dejaban cada vez más solo. Especialmente dura para él fue la muerte de Telmo Zarra, su gran amigo, convecino de vivienda en el centro de Bilbao y socio empresarial cuando el fútbol quedó atrás por razones de edad.
La delantera mítica del Athletic de aquellos años 50 demostró que no hace falta ganar muchos títulos para ser mítica y grande e inolvidable. Y sin embargo pasaron a la historia con la grandeza de los ídolos.
Iriondo, que había nacido en Guernica, sobrevivió al bombardeo de la Villa Foral en la Guerra Civil, al término de la cual tuvo que hacer la mili en el cuartel de Garellano, en Bilbao. Llegó al Athletic por casualidad y necesidad. El equipo rojiblanco tenía que refundarse sobre los escombros de la guerra. Buscaba jugadores donde los hubiera o pareciera. A Iriondo lo ficharon porque había jugado un partido oficial, con el Gernika. Jugó después en el Barakaldo, en la Real Sociedad, en el Indautxu y como entrenador lo fue del Athletic, (con el que ganó una Copa), de la Real Sociedad y del Betis con el que consiguió la famosa Copa de los penaltis, cuando Esnaola batió a Iribar en el lanzamiento decisivo. “Estuvimos a punto de ascender a Primera pero no pudo ser. En el último partido nos pitaron un penalti en contra. Y luego otro. Y luego otro. Tres penaltis en contra. “Estaba claro que no podíamos ascender”, recordaba hace unos pocos años, cerrando la frase con su habitual muletilla. “A todo te acostumbras”… “Pero no a perder, porque como recordaba su hijo, cuando eso ocurría llegaba a casa se tomaba una aspirina y se iba a la cama”. Era su ritual de la derrota. Ni se acostumbraba a que las mujeres fueran a verle jugar “porque no le gustaba que escuchasen los improperios que decía la gente cuando hacían algo mal”, aseguraba hace unos pocos años su mujer.
Luego el fútbol pasó de las piernas a los ojos, mientras los años se sucedían en la tranquilidad de su hogar en el centro de Bilbao. Él seguía poniendo voz a la delantera mítica que habitaba en el recuerdo de los aficionados al fútbol. La voz se extinguió un día antes que el Athletic se cruzase en San Mamés con el Olympique de Marsella. El gato, marrón y juguetón, con su sexto sentido, le dará noticias del encuentro.