Camisetas y pantalones(4)
Por “Quin” 12/07/2016
Me llama mucho la atención, como los equipos de fútbol cambian de camiseta con tanta o más facilidad como de chaqueta hacen los políticos.
Dicen que a los clubs les interesa más hacer negocio que practicar el fútbol como un deporte sano y beneficioso, como era antes, cuando el Arija F.C. metía aquellos maravillosos goles a sus rivales en los partidos que se jugaban por las fiestas.
Me confirman que el cambio de camisetas es debido a la publicidad que contratan los clubs, que cada día invade más esas camisetas que nacen "orgullosas", "limpias" y "nobles" al deporte balompédico, pues desde siempre, solamente portaban el escudo del club en el pecho, justo al lado del corazón de los jugadores que componen los equipos.
El secreto es, que esas camisetas los clubs las ponen a la venta renovadas en el diseño todos los años, sacando pingües beneficios al comienzo de cada temporada futbolística. Por eso, todos los años las vemos ¡diferentes!, aunque representen siempre al mismo equipo, confundiendo al aficionado.
Es tanto lo que se abusa de la publicidad en los equipajes de los clubs de fútbol, que terminan desfigurando la identidad de los mismos, no sabiendo si el partido que se está viendo es deporte, espectáculo o circo.
Para más inri, también la dichosa publicidad está invadiendo y contaminando a los pantalones, por lo que al final, al espectador veterano le da la sensación de que los clubs visten a sus jugadores de “monigotes” o “payasos”: como para hacer circo o espectáculo, no deporte; y empleo esas palabras queriendo ser objetivo, nunca como insulto o desprecio a los jugadores ni a los clubs.
A la siempre desagradable intromisión de la publicidad en la vestimenta de los equipos, los propios jugadores lo agravan “exhibiendo con descaro” y parece ser que también “con orgullo”, tatuajes, que por ser muchos y muy juntos terminan todos desfigurados, embadurnando brazos, piernas y cuerpos de los jugadores, encubriéndose unos a otros el poco arte que puedan portar, convirtiéndose todo el conjunto en un ¡horripilante y monstruoso tatuaje!
Se ha criticado mucho a este tipo de camisetas. Algunas, como la camiseta que lleva el jugador del Athletic Club de Bilbao estrenada el año 2004 y que dice que el Athletic de Bilbao humilló a sus integrantes con esta camiseta que parecía mostrar “una mancha corrida de Ketchup”, y que la camiseta no es que sea horrible, es que es… ¡peor que horrible!.
Una crítica muy dura para la camiseta que lució Jorge Campos, el portero de la selección de México, dice que, ¡hace falta valor! para salir a la cancha con un uniforme así. ¡Y vaya que si Jorge Campos tuvo el valor!. No solo para vestirla en dos Copas de América y un Mundial, sino también para comercializarla. Además, él mismo tenía la desfachatez de diseñarlas. Hoy, transcurridos algunos años del debut de Campos con la selección mexicana, no se ha vuelto a ver un uniforme ¡tan espantoso! Quédate tranquilo Jorgito, le decían los críticos, que pasarán muchos años antes de que alguien supere en fealdad a esta camiseta.
La selección inglesa y su federación, por los años 1996, tuvieron la poca vergüenza de humillar a una gran figura de la portería como era el arquero David Semaan, que debió quedarse asombrado con semejante panorama con “este estropajo” que le debió convertir entonces en un blanco fácil de mofa y burla… ¡Como para no serlo!, opinaban los críticos sobre este hecho.
Antes, a mí, me entusiasmaba ver como al correr los jugadores, las camisetas, sin publicidad, sin números y sin letras, se inflaban con el aire pareciendo los jugadores mucho más fuertes y mejores de lo que en realidad eran.
El Athletic de Bilbao era “el doble de equipo” con aquellas camisetas. ¡Claro que… también sería por los buenos jugadores que tenía!
Y además, como ahora los futbolistas se agarran a todo lo que pueden al sentir la más mínima impotencia para frenar los avances del contrario pues... cuanto menos camiseta mejor.
Así, cuando “Quique”, el defensa central del Arija F.C. iba a despejar el balón como sólo él lo sabía hacer, con lo grande que era y la camiseta inflada a tope por el aire parecía… “un tren de mercancías de La Robla con doble máquina”.
Daba gusto ver aquellos equipos de futbol, incluso en la manera de “posar” para los fotógrafos.
Para completar la descripción del equipaje hay que decir que el jersey de portero que mejor lució Ignacio Hermosa (‘Chacho’), era de un color verde oscuro con el logos de Cristalería Española (una C y una E) que lucía en el pecho como escudo del club: él en el jersey y los demás jugadores en las camisetas blancas.
El portero siempre jugaba con rodilleras, que antes se llevaban porque protegían los muslos y las rodillas de las irregularidades de los campos al tirarse al suelo para hacer los blocajes al balón, (montoncitos de hierbas y piedrecillas), porque los campos de antes no eran como los de ahora ¡que son verdaderas alfombras para jugar al fútbol! Además, hacían al portero como... “más arquero”, como dicen los argentinos.
¡Puro deporte!
FOTO: Segunda equipación del Arija F.C. La segunda equipación del Arija F.C. era: camiseta de color violeta o lila ribeteada en cuello y puños de color blanco. Lo completaba un pantalón de color negro y medias negras con una cenefa de color blanco. Es la que lleva este equipo del año 1941. El jersey del portero exhibía en el pecho una gran V de color blanco. Personas identificadas. Agachados: 1-Juanito Martínez, 2-Chacho Hermosa, 3-Enrique Hoyos, 4-Josechu Rapp, 5-Marina. De pie: 6-Ricardo Rapp, 7-Isaac Fernández Bustamante, 8-Antonio Bustamante, 9-Vituri (del Burgos F.C.), 10-Saturnino Lantarón (Rubio), 11-Avelino Rodrigo.
¡Qué bonito uniforme!
Equipajes sin contaminar, limpios en todos los sentidos de la palabra; sin ayudas para jugar mejor, sin publicidad, ni tan siquiera llevaban número las camisetas, mucho menos números o publicidad en los pantalones; tampoco había que trampear por una clasificación...
En definitiva: el cambio constante, cada temporada, del modelo de equipaje del club, desconcierta al aficionado auténtico pues ve al club como a un mercenario. ¡Ay!... el dinero... que todo lo corrompe, ¡La publicidad!...
Johan Cruyff del Fútbol Club Barcelona y Manuel Cheiles del Olimpo de Bahía Blanca, Buenos Aires vestidos con la camiseta y pantalón del equipo que representan, ¡solo fútbol! Y, al lado, otra camiseta del mismo club llena de publicidad, ¡solo dinero! Este tipo de camisetas “ahogan” la idiosincrasia de los clubs.
Un bloguero, llamado Miguel Ángel, dice que al paso que vamos, posiblemente el Fútbol Club Barcelona llegará a vestir esa camiseta así, tal cual, llena de agresiva y confusa publicidad. El equipo Olimpo de Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina ya ha vestido la suya de esa guisa.
Las camisetas que portan Cruyff y Cheiles son las auténticas de sus clubs; las otras… “¡ni se sabe lo que son!”, “ni a quien representan”.
El forofo aficionado ¿con cuál de las dos camisetas creen ustedes que identificarían a su equipo?
Estos tres jugadores, Di Estéfano, Manolo y Juanito, con sus equipamientos limpios, representan mucho mejor al deporte del fútbol y a sus clubs, que vistiendo esas sucias camisetas pringadas de publicidad. Con el escudo del club en el pecho basta.