Localismos
Traemos a esta web de Arija, palabras y expresiones del pueblo burgalés de ESCALADA, recopilados y publicados en el libro “A ORILLAS DEL TIEMPO”, de Mª Jesús Gallejones, porque creemos que ESCALADA, sobre todo en la época que describe el libro, fue trasmisora de costumbres y manera de ser de personas que influyeron positivamente por Arija y otros pueblos cercanos por donde discurrieron sus vidas como: Sedano, Pesquera de Ebro, Turzo, Valdelateja, Orbaneja del Castillo, Polientes, Quintanilla Escalada, San Felices, Cobanera, El Almiñé de Valdivielso, Cilleruelo de Bezana, Cabañas de Virtus y otros, pues descendían de este pueblo personas destacadas como Don Pedro Huidobro (practicante que fue toda la vida de Cristalería Española en Arija); Doña Emilia Huidobro (gran amiga de los directivos de la Fábrica de Cristalería Española); Doña Irene Huidobro (creyente y practicante en extremo de la Religión Católica) muy conocida antaño en los pueblos de Escalada, Valdelateja, Cilleruelo de Bezana, Cabañas de Virtus y Arija; Doña Carmen Cos, natural de El Almiñe de Valdivielso, conocedora de la dura labranza de ESCALADA y de los austeros quehaceres domésticos, y otras personas que no vienen al caso que también influyeron con sus dichos, costumbres, manera de ser y religiosidad en las gentes de los pueblos mencionados.
A la vez, ilustramos el escrito con unas antiguas tarjetas postales y una foto del Balneario de Valdelateja (Burgos) en las que está retratada Doña Irene Huidobro, pues sobre el año 1890 llevó su dirección con gran éxito; incluso su fama llegó hasta Cuba desde donde, atraídos por la buena reputación que tenía esta señora, grandes políticos,desde Cuba, fueron a descansar al Balneario de Valdelateja.
La incorporación de las tarjetas postales y una foto de Doña Irene al escrito es porque Doña Irene Huidobro está muy vinculada al pueblo de Escalada, más otros como Valdelateja, Arija y Cabañas de Virtus donde, en este último, vivió muchos años al frente de una fonda de donde trascendió su fama de mujer religiosa muy querida y respetada pues, incluso los maquinistas y fogoneros de los trenes de La Robla, en las largas paradas que hacían los trenes obligados por las grandes nevadas, rezaban con agrado el Santo Rosario con ella todas las tardes (ver foto “Estación de Arija 1907" y el relato “La Casa del Practicante”).
Por otra parte, queremos dar fe de que cuanto Mª Jesús Gallejones dice en su libro es absolutamente la verdad de una ESCALADA en la que tuvimos la suerte de disfrutar por sus calles en el tiempo que describe, incluso durante los diez años anteriores al relato, pudiendo comprobar la austeridad y dureza que existía para ganarse el sustento sus gentes: tanto es así que, en aquella época, el mejor amigo de los hombres, de los mozos y de los niños era… “el burro”, con el que los primeros hacían sus tareas, y los segundos se lo pasaban “en grande” sentados a horcajadas en el lomo de las pacientes bestias, recorriendo calles, visitando huertas o remontando páramos.-
Nuestro momento por Escalada fue cuando vivían personas entrañables con nombres como: Zacarías, Acisclo, Jeropo, o el señor Juan con sus dos hijos Fidel y Fermín, Leila (Aurelia que iba desde Santander a pasar los veranos a Escalada), o los hijos de Samuel que emigraron a Chile, y otros niños que, desde Madrid,iban todos los años a Escalada a pasar los veranos.
Por cierto: cuanto más austero, sencillo y sacrificado es “el ser humano”, más pone su corazón al servicio de los demás, como en este caso ocurre con ESCALADA donde en aquella época se acogía a los forasteros con verdadero cariño y los niños, fueran de quien fuesen, eran auténticos reyes queridos, admirados y mimados por todo el pueblo.-
En este sentido, tengo la experiencia del “¡inmenso disfrute del pueblo!” en sus atardeceres de los veranos cuando de chavales, protegidos, vigilados y amparados por cualquier persona del pueblo jugábamos por sus calles, callejones, fuentes y rincones ¡hasta bien entrada la noche!, que estaba llena de misteriosas sombras y ruidos producidos por las personas, el viento, los árboles, las aves nocturnas, los perros, los animales que estaban encerrados en sus cuadras o los que pastaban sueltos, y que ¡agrandaban!, en la imaginación de la chavalería, la aventura de los juegos dándoles todas estas circunstancias ¡un plus de misterio y sobrecogimiento!.
Además, nos parece interesantísimo que aquel vocabulario, dichos y costumbres que definen la vida de un mundo rural que está desapareciendo, y en los que se verán reflejados muchos pueblos de España, sobre todo de la Comunidad de Castilla y León, pueda ser conocido por las generaciones venideras, además de por el libro de Mª Jesús Gallejones titulado “A orillas del tiempo”, también por otros medios como “este sitio web sobre Arija”.-
Tomamos parte de este comentario y el vocabulario que al final se expone, del libro de Mª Jesús Gallejones Gómez, maestra nacional que estudió Magisterio en la Escuela Normal de Burgos y que publicó en el año 2.010, cuyas palabras y expresiones no hace mucho (algunas no están recogidas en el diccionario) se hablaban cotidianamente en el pueblo burgalés de ESCALADA, como pudimos comprobar en nuestras numerosas correrías veraniegas por el pueblo.
Las historias variadas que se reflejan en el libro se sitúan en una época de subsistencia dura y difícil, marcada por el trabajo agrícola de sol a sol y dirigida por la iglesia bajo los rescoldos del racionamiento posterior a la Guerra Civil.- Época en la que, a pesar de todo, se cantaba, se contaba y se reía (también se rezaba, y mucho) y que permanece agridulce a orillas del tiempo.-
Mª Jesús Gallejones Gómez nació en la misma ESCALADA, pueblo que está cercano a Orbaneja del Castillo (donde convivieron árabes, judíos y cristianos) y próximo también al Valle de Sedano y Valderredible (origen que puede ser del idioma castellano) y situada a escasos cincuenta kilómetros de Arija.
ESCALADA es una pequeña localidad situada en una zona estratégica del extremo noroccidental de la provincia de Burgos, flanqueada por enormes farallones que la protegen en pleno corazón del cañón del rio Ebro, y forma parte del Ayuntamiento del Valle de Sedano y del Espacio Natural del Alto Ebro y Rudrón.-
La iglesia, majestuosa, luce su portada románica del siglo XII y en el interior un retablo de la escuela de Felipe Bigarny sorprende por su calidad.- Si se pasea por calles y recodos se pueden apreciar numerosos escudos y torreones, vestigios mudos de pasadas hazañas históricas: buenas razones todas ellas por las que fue declarada en 1.993 Conjunto Histórico Artístico.-
Las casas sólidas, por cuyas balconadas se cuela el sol de la tarde, invitan al visitante a recorrer sus rincones casi dormidos durante el invierno, rincones que se desperezan con el buen tiempo para acoger a propios y extraños permitiéndoles disfrutar de un ambiente natural relajado y rotundo, llueva, nieve o haga sol.-
Casa en Escalada (Burgos) de Doña Irene Huidobro García (hoy tiene otros dueños) donde vivía con su esposo Don José Ruiz de Huidobro y su leal sirvienta Doña Carmen Cos.
En el balcón Don José Ruiz, a su derecha posada en la barandilla del balcón "La cotorrita" una cotorra llegada de Cuba que comía patatas y hablaba y tenían suelta por la casa, hasta que un día se escapó a los árboles de “La isla” (un paraje de Escalada cerca del rio que también menciona el libro “A ORILLAS DEL TIEMPO”) y no la pudieron recuperar. En la puerta, Doña Irene Huidobro con su fiel sirvienta Doña Carmen Cos, portando en la mano perdices y codornices para pelar y escabechar.
Don José Ruiz era un experto y caprichoso cazador: fabricaba él mismo sus cartuchos y tenía cuantos utensilios y herramientas para la caza existían en el mercado. Lo mismo que los perros, como el de la foto, superclases para la caza.
En aquella época, de abundante caza, a Doña Irene y sirvienta las daba miedo que Don José fuese a cazar, pues siempre traía las alforjas llenas de conejos, liebres, perdices y codornices, las cuales tenían que despellejar, desplumar y escabechar con el consiguiente trabajo.-
Los también “caprichosos” y conocidos cazadores de Bilbao que iban por la zona a cazar, le solían pedir los perros prestados porque eran “muy buenos levantando y recuperando piezas”, y Don José se los dejaba por cortesía, aunque de muy mala gana, pues los tenía en gran estima. El disgusto se le convertía en alegría al ver a las pocas horas los perros otra vez en casa, pues nada más soltarlos en el páramo por los cazadores de Bilbao, éstos se volvían con su amo a Escalada.
Abañar.- Seleccionar y limpiar la simiente para quitarle pequeñas impurezas sometiéndola a un cribado especial con una criba fina. Esta tarea se realizaba sobre todo con el trigo antes de llevarlo al molino para molerlo. Como dato curioso podemos decir que de la zona salían muchos abañadores hacia Tierra de Campos y otros lugares para abañar trigo, en el primer tercio del siglo XX.-
Abinar – Binar.- Arar por segunda vez las tierras de labor o cavarlas por segunda vez. Se realizaba para quitar las hierbas que aparecían entre la mies. También para eliminar las plantas de trigo o de cebada que sobraban.-
Ábrego.- Viento suroeste.-
Acarrear.- Transportar cosas en el carro, sobre todo la mies.-
Achiperris.- Conjunto de diferentes utensilios de trabajo. Achiperris para la trilla, achiperris para sembrar, etc. “¡Recoger los achiperris!”.-
Ácere.- Se le llamaba así al arce, árbol frondoso de madera fina.-
Acerico.- Almohadilla pequeñita utilizada para sujetar alfileres en ella.-
Acigüembre.- Frutilla redonda y verde con sabor ácido producida por un arbusto espinoso, del mismo nombre, que está en vías de desaparecer.-
Adra.- Palabra de origen árabe que significa turno o vez. En nuestro caso se refiere al procedimiento de autoayuda entre las familias de la localidad para disponer carne de oveja durante el verano.-
Albarca – Abarca.- De origen vasco, se refiere al calzado rústico de cuero o caucho que cubre sólo la planta del pie y se ata con cuerdas o correas.-
Albarda.- Es una palabra que procede del árabe. Se llama así a la pieza principal del aparejo de las bestias de carga que va encima del lomo. Tiene dos zonas almohadilladas con paja, una delante y otra detrás y, por lo general, una correa que pasa por debajo de la cola del animal que impide en las cuestas abajo que la carga se vaya por las orejas. La albarda se sujeta al animal por una cincha ajustada alrededor de la panza. También se la llama albarda a la silla de montar que es de cuero duro.-
Albérchigo.- Procede del mozárabe. Albaricoque.-
Alcantarilla.- Es un diminutivo de alcántara que significa dique, arco, acueducto para canalizar agua. Generalmente las alcantarillas dejaban cruzar el agua de los arroyuelos por debajo de los caminos.-
Aldaba.- Procede del árabe. Es una pieza metálica generalmente redonda parecida a un aro, que tienen algunas puertas para llamar golpeando sobre ellas.-
Algarabía.- Griterío confuso. También procede del árabe.-
Alholvas.- Planta leguminosa casi rastrera, de flores blancas y fruto parecido a pequeñas judías.- Tiene olor desagradable que se transmite a la leche cuando las vacas las comen como forraje. Por ello se les daba más a los vacunos de carga.-
(También se transmite a la carne. Cuando comemos un filete de un buey que ha pastado alholvas, percibimos un sabor desagradable).
Aliaga – Aulaga.- Llamada localmente ulaga o ilaga.- Planta con flores amarillas y tallo con púas. Se usaba para chamuscar al cerdo después de sacrificado ya que arde muy bien cuando está seca.-
Almadreña – Madreña.- Zapato de madera que se ponía encima del calzado habitual.-
(Usado también por Arija y mucho por Campoo y todo Cantabria, Asturias y Galicia).
Almuerzo.- Era la palabra para referirse al desayuno.-
Amarrar.- Atar.-
Andorga.- Bajo vientre. Se utilizaba en frases como la siguiente: “¿Ya llenaste la andorga?”. Es decir, ¿Ya has comido?-
Añil.- Se dice del color comprendido entre el azul y el violeta extraído por maceración de los tallos y hojas de la planta del mismo nombre. En la actualidad se prepara como derivado del alquitrán de hulla. Disuelto en agua en pequeña cantidad, proporciona un blanco azulado muy apreciado por las mujeres de la época para sus coladas de ropa blanca. A este color también se le llama índigo.
Apechugar.- Afrontar cualquier dificultad. Aceptar algo venciendo la repugnancia que causa o el esfuerzo que supone.-
(También se dice: "A lo hecho, pecho").
Aporrillarse.- Hincharse las articulaciones. Se decía que un cerdo estaba aporrillado cuando tenía las patas deformadas de no moverse y no podía apenas caminar.-
Arseniato.- Compuesto en polvo de ácido arsénico, que se utilizaba para matar el escarabajo de la patata.-
(El escarabajo fue un azote para el cultivo de la patata. Por éstos pueblos se comentaba que lo habían introducido los americanos desde aviones).
Arrandrajo.- Nombre local referido al arrendajo que es un ave de plumaje marrón claro moteado de azul, blanco y negro. Se les combatía en las huertas por el daño que hacían al comerse la fruta.-
Arrollar – Arrullar.- Adormecer al niño meciéndole o cantándole suave y monótonamente.-
Arroyo de Val.- Arroyo que cruza el pueblo que en la época estaba al descubierto.-
(Este arroyo siempre llevaba agua: en invierno y en verano, y los chavales jugaban en él saltándolo y echando palos y hojas a modo de barcos).-
Artesa.- Especie de cajón largo y no muy profundo que por sus cuatro lados se va estrechando hacia el fondo. En ella se amasaba la harina con agua, sal y levadura para hacer el pan.-
Ataharre.- Se trata de una banda de cuero encurtida que sujeta la albarda o la silla rodeando las ancas de la caballería.-
Atropar.- Recoger la mies en la era después de ser trillada.-
Ayérbedas o ceyérbedas.- Nombre local referido a las costillas de cerdo en conserva.-
Barbacana.- Muro bajo levantado en el borde de algún montículo, explanada, alrededor de una iglesia, etc.-
Barbajo.- Alimento que se daba a las vacas recién paridas. Se componía de salvado de trigo más agua.-
Barbecho.- Parcela que se dejaba un año entero en descanso y sin sembrar, eso sí, bien arada para que se aireara y recogiera el agua de lluvia.-
Barzán – Barzón.- Es un anillo por el que pasa el timón del arado para unirse al yugo.-
Beldar.- Separar la paja del grano por efecto del viento, tanto con la máquina de beldar como al aire con las bieldas. En épocas anteriores se hacía de esta última manera y el labrador debía esperar los días de aire para realizar esta tarea. Por ello, la máquina beldadora fue un invento muy bien recibido aunque su precio fuese costoso.-
(La bielda con el viento, era trabajoso, y algún mozo se escaqueaba, pero con la máquina beldadora hasta resultaba como un juego, porque sólo había que dar a una manivela).
Beldadora.- Máquina para beldar aprovechando la acción del viento. Estaba compuesta por lo siguiente: Tolva: Especie de cajón abierto por su parte inferior en el que se echaba poco a poco con la bielda la parva trillada. Estaba situada en la parte superior de la máquina y por ella caía hasta las cribas dicha parva. En estas cribas era donde se separaba el grano de la paja por efecto del viento generado en el tambor mediante unas aspas activadas a mano desde fuera con una manivela. Las cribas se movían a su vez por efecto de la misma manivela. El esterrador era una trampilla por donde salían restos de tierra y pajas que no eran arrastradas por el viento.
Benebro – Enebro.- Arbusto de madera rojiza, fuerte, olorosa y que se pudre con mucha dificultad. Con sus frutas negro-azuladas, se hace la ginebra. Una historia curiosa contaban nuestros mayores: En la famosa gripe de 1919 que asoló España, el único que se atrevía a visitar a los enfermos en Escalada era el sacerdote, que llevaba las frutillas de este árbol tanto en sus bolsos como en la boca por su poder bactericida.
Bielda –Bieldo.- Palo largo atravesado en uno de sus extremos por otro en el que se engarzan otras cuatro o cinco tablillas afiladas a modo de dientes. Sirve para manejar la mies trillada. Si el utensilio es de dos púas solamente, se hace de una sola pieza de la rama de un árbol y se llama en este caso orca. Sólo vale para trabajar con mies larga, sin trillar.
Birriondas.- Patatas o legumbres que quedan malas o enterizas.
Buje.- Pieza cilíndrica de metal que guarnece interiormente las ruedas de un carruaje para disminuir el rozamiento con el eje.
Bocarón.- Hueco como el de una ventana en la pared de los pajares aunque mucho mayor. Por él se metía la hierba y la paja en el pajar.
Brabán.- Apero de labranza con parecido mecanismo al de la vertedera pero mucho mayor y más pesado, que profundizaba más al arar la tierra. Parece ser que el nombre de Brabán era el de la marca francesa que lo fabricaba, aunque después se quedó como nombre del propio apero.
Bula.- Documento que lleva el sello pontificio. Hay diferentes bulas pero en este caso se refiere a la llamada “bula de carne”, por la que el Papa dispensaba a los católicos de comer carne en los días de vigilia.
(Éste documento de la Iglesia Católica siempre ha sido criticado pues, se decía, que favorecía a los ricos).
Cabezada.- Es un correaje con el que se ciñe y sujeta la cabeza de las caballerías para que el jinete la pueda dirigir y dominar. La cabezada de los caballos y machos lleva incorporado lo que se llama bocado o freno que va dentro de la boca del animal para mejor sujetarlo pues le molestan las maniobras del jinete.
(Los mozos de Escalada se montaban en las caballerías “a pelo”, sin cabezada, sobre todo en los burros cuando los llevaban a beber agua ó a cambiarlos de sitio para pacer, y los dirigían con los pies dándoles gritos).
Calderetona.- Nombre local del petirrojo.
(En Escalada había muchos pajaritos de varias especies, y truchas en el Ebro y en el Rudrón. Hoy día, por lo menos los pajaritos, están desapareciendo).
Calostro.- Primera leche muy nutritiva de cualquier hembra después del parto. Al cocerse el calostro de las vacas, queda en forma de requesón con un sabor especial antaño muy apreciado. Se le daba el nombre local de tarrañada.
Camada.- Conjunto de espigas que van cayendo ordenadas formando una hilera al ser segadas con el dalle. También se le llama camada al conjunto de cerdos nacidos en el mismo parto.
Camizo.- Especie de palo grueso, largo, pulimentado y un poco combado encargado de unir el trillo con los animales de trilla. Tenía varios orificios en uno de sus extremos por el que se unía al yugo mediante la lavija. En el otro extremo llevaba adosado una especie de triangulo hueco de madera que encajaba en la llamada trébede del trillo.
Camueso.- Es una variedad de manzano, pero en este caso se utilizaba para referirse a algún chiquillo que había hecho algo indebido.
Cerear.- Dirigir el ganado. Se utilizaba a los perros amaestrados para hacer esta labor importante y que tantas caminatas evitaba al pastor.También se utilizaba esta palabra para definir una muela que estaba picada o careada.
Carraca.- Instrumento de madera en el que los dientes de una rueda levantando consecutivamente una o más lengüetas, también de madera, producían un ruido seco y desapacible. Se utilizaban en la iglesia y por las calles para anunciar los actos religiosos durante la Semana Santa, debido a que no se podían tocar las campanas.
(No era nada extraño que, de niño y por Semana Santa, los padres te compraran una carraca).
Carraspa o carrasca.- Encina joven en crecimiento.
(Por toda la zona de Escalada y los Páramos estaba lleno de carraspas, matorral y encinas viejas, muy propicio para el escondite de animales y aves de caza como jabalíes, conejos, liebres, perdices y codornices).
Carrasquilla.- Planta que pertenece a la familia de las carrascas o encinas y que se utilizaba en infusión como remedio, decían nuestros mayores que “para aligerar la sangre”.
Carrete.- Especie de bobina de hilo hecho con madera.
Casar – redil –majada.-Lugar al aire libre circundado por un muro de piedras, donde se encerraban las manadas de animales para que pasaran las noches más seguros. A veces tenía un cobertizo para el pastor.
Cebo.- Comida para los animales.
Cedazo.- Procede del latín y significa criba hecha de cerdas. En nuestro caso ya eran metálicas y con los agujeros especialmente pequeños. Con él se cribaban productos muy finos, como por ejemplo la harina, para quitarle todas sus impurezas.
(Cuando la Guerra Civil, por la escasez, no se cribaban éstas impurezas, y se aprovechaba todo, por eso el pan era de color oscuro, el llamado "pan negro").
Celemín.- Medida de capacidad para áridos (granos). Tiene cuatro cuartillos y equivale aproximadamente a 537 metros cuadrados; es decir, la extensión de tierra que se podría sembrar con la cantidad de grano que cabe en un celemín.
Cellisca.- Nieve muy fina movida a ráfagas por el viento.
(De cellisca saben mucho por Arija y Reinosa).
Cerda.- Pelo grueso y duro de las caballerías o del cerdo.
Chamo.- Pequeña rama nueva de un árbol en la que, por lo general, había fruta. Se pensaba que si se rompía el chamo al coger dicha fruta, se impedía parte de la cosecha del año siguiente.
Charca de páramo.- Siguiendo la carretera del páramo justo al llegar a las fincas y en su margen derecho, había una pequeña laguna que se secó hacia los años ochenta del siglo pasado.
Chascar.- Romper o romperse el mango de una herramienta o de un hueso.
Chamuscar.- Quemar algo superficialmente.
(En los juegos, cuando los chavales hacían alguna hoguera, siempre había alguno que se chamuscaba el pelo).
Chiflito.- Silbato.
(Era muy de los pastores hacer chiflitos con la corteza de las ramas de los chopos u otro tipo de árboles, sobre todo en primavera cuando sube la sabia).
Chisquero.- Encendedor de bolsillo formado por las siguientes piezas: mecha, piedra de pedernal y, por último, una ruedecilla que al ser activada mediante un característico golpe de mano, giraba contra el pedernal y producía la chispa que encendía la mecha.
(Eran los más efectivos contra el viento).
Chon.- Cerdo.
(También se le llama lechón, puerco, marrano, gorrino o cochinillo).
Chopo Gacho.- Se llamaba así al lugar del rio situado en su margen izquierda donde finaliza el pueblo y donde aún se bañan quienes saben nadar. Hasta comienzos del siglo XXI había allí un chopo cruzado sobre el rio y semicaído que servía de trampolín.
Chospar.- Dar botes y hacer cabriolas. Por lo general chospaban los animales, pero también se decía, “los chicos estarán chospando”.
Ciego.- Parte del intestino grueso entre el ileón y el colon desprovista de salida.
Cierzo.- Viento frío del norte.
Cinto.- Se utiliza esta palabra para definir un estrecho espacio plano horizontal que corre a lo largo de las peñas. Donde hay riscos suele haber cintos y, por ellos, casi sólo pueden andar las atrevidas cabras ¡y los chicos!
Cocina económica.- Es una cocina alta, de metal, con chimenea acoplada a la misma para la salida de humos y que permite hacer el fuego en su interior a base de madera o de carbón. Fue un gran avance sobre la antigua cocina de suelo porque gastaba menos cantidad de leña (económica), no dejaba salir el humo y mantenía mucho tiempo el calor al ser de metal. Se fueron extendiendo lentamente estas cocinas a partir de mediados del siglo XX.
Cocino.- Gran recipiente alargado, a veces hecho del tronco de un árbol, donde se echaba la comida a los cerdos.
Colada.- Forma de lavar la ropa. Se llamaba así porque se ponía la ropa sucia bien doblada en una cesta de mimbre. Más tarde se le echaba agua caliente con ceniza de quemar madera y se dejaba en reposo unas horas. A continuación se lavaba bien. Este procedimiento dejaba la ropa muy blanca.
(En el relato “La Casa de Rámila” también se mencionan estas coladas).
Colgajos.- En este caso se utilizaba para dar nombre a los restos de la sangre (plaquetas), que se adherían a las cucharas y tenedores con los que se batía la sangre para que no se coagulara. Precisamente, la eliminación de las plaquetas era lo que impedía dicha coagulación.
(Se refiere a la sangre de los animales, cerdos o vacas, que se recogía cuando se mataban para hacer morcillas).
Colodra.- Pequeña funda o recipiente de metal (las más antiguas eran de asta de buey o de vaca), con una especie de solapa que permitía que el segador o segadora la llevara colgada de su cinturón. Se rellenaba con hierba húmeda para mantener adecuadamente la piedra alargada que servía para afilar los dalles.
Compe – Competencia.- Se llamaba así al autobús que, primero desde Arija y después desde Polientes, pasaban por la mañana de pueblo en pueblo recogiendo pasajeros con destino a Burgos. La vuelta se realizaba por la tarde. En cambio, el autobús que traía y llevaba las cartas pasaba a mediodía y se le llamaba Correo.
("La Compe” transportó muchas banastas de frutas desde Escalada hasta Arija).
Concejo.- Espacio comunal del pueblo donde se dirimían los asuntos comunes y se tomaban decisiones.
Cornezuelo.- Pequeño hongo parasitario del centeno, del trigo y de la cebada y que comunica a su harina propiedades nocivas que se caracterizan por producir calambres musculares, convulsiones y gangrena. Bien usado tiene algunas propiedades medicinales que ayudan en los partos.
Corte – cochinera – pocilga.- Lugar donde vive encerrado el cerdo.
Cotorras.- Montañas de escasa altitud en el Páramo, están fuertemente erosionadas y son redondeadas.
Coyunda.- Es la correa con la que se unían (uncían) los animales al yugo.
Cristianar.- Bautizar.
Cuadrante.- Era un dispositivo formado por cuatro listones de madera. Dichos dispositivo se colocaba horizontalmente sobre los calderos llenos del agua que se transportaban desde la fuente; la persona que los llevaba se colocaba en el centro de este cuadrante con el fin de que los calderos guardaran el equilibrio y el agua no se vertiera.
(También los había por Arija. Se describen en el relato “La Casa del Pueblo o Casa de Falange”).
Cuartillo.- Cuarta parte de un celemín, de un azumbre o de un real. En este caso se refiere a la primera acepción.
Cuarto.- Habitación.
Cuévano.- Cesto de mimbre grande y hondo, de forma cilíndrica y algo ensanchado por su boca. Se usaba en las labores del campo. Algunos se llevaban a la espalda y era una forma de transporte de los niños pequeños cuando su madre tenía que trabajar y no podía dejarlos en otro lugar. A veces se utilizaba como cuna en el campo.
(Al mercadillo de Arija iban los labriegos de Campoo, a vender sus mercancías transportadas en cuévanos).
Curar la madera.- Cuando un árbol se arranca y se quería guardar para hacer algún utensilio o vigas, etc., se le dejaba durante un año bien húmedo, a ser posible en un arroyo, para que la sabia fuera saliendo poco a poco y la madera no se cuarteara ni se rompiera al secarse repentinamente.
Curar la matanza.- Darle los tratamientos necesarios a todos los productos del cerdo, para su conservación a lo largo del año.
Cuchillo rascador.- Cuchillo que se utilizaba para rascar la piel del cerdo una vez muerto éste y chamuscada su piel con aliagas para facilitar la eliminación de la primera capa.
Dalle.- Procede del latín “dáculus”, también llamado guadaña que procede del germánico wadanyan. Es una cuchilla grande, larga y curvada que sirve para segar mies o hierbas a ras de suelo. Esta cuchilla va unida a un mango especial de madera.
Desentrijar.- Separar los intestinos de la piel que los cubre llamada peritoneo.
(Se refiere a los intestinos de los animales: cerdos, ovejas, vacas o bueyes cuando se hacía alguna matanza).
Desgranar alubios.- Se llamaban alubios a lo que hoy llamamos alubias rojas y redondas. Se sacaban de sus vainas secas uno a uno en las largas noches de invierno después de cenar. Era el momento de contar cuentos e historias de miedo, rezar el rosario si era el caso o simplemente utilizar el tiempo en una tarea necesaria.
(El rosario se rezaba por alguna promesa, alguna novena o algún difunto; también por pura religiosidad, o en aquella época por la paz del mundo y la conversión de Rusia).
Diana.- Pasacalle musical que se daba los días de la fiesta en honor de las mozas, familias y autoridades.
Dujo.- Colmena.
(Por estos pueblos, los dujos, también los incrustan en las paredes de las casas, o de alguna chabola o caseta).
Echar las diez.- Tomar un tentempié a las diez de la mañana para recargar las energías. Sobre todo se hacía durante los días del verano debido a las duras tareas que se desarrollaban.
Echarpe.- Especie de bufanda, generalmente de lana, con forma redondeada que se pone sobre hombros y espalda.
Encenagar.- Obstruir un agujero. Por ejemplo el desagüe de una fuente.
Encina, la.- Había una encina encima de la cuneta de la carretera general de Burgos a Santander, justo en el punto en el que ésta desaparece hacia el páramo si se le mira desde el valle. Era un punto de referencia para todos los habitantes de Escalada. Tal encina desapareció con las obras de ampliación de la carretera alrededor de los años setenta del pasado siglo.
(En esta carretera, en la segunda curva viniendo de Santander, también había un gran nogal propiedad de Doña Irene Huidobro que, en una ocasión “detuvo” al autobús La Continental procedente de Santander cuando se iba a despeñar lleno de pasajeros por la bajada hacia Escalada, pues se quedó sin frenos. Si no es por aquel nogal (hoy desaparecido por ampliación de la carretera) y la habilidad del chofer, hubieran muerto todos sus pasajeros).
Enjambre.- El enjambre está formado por unas doce mil abejas que con una reina salen de su colmena y se van en busca de otro jugar autónomo de residencia. En un primer momento se suelen colgar de un árbol como si fuesen un racimo y desde allí, van emigrando hasta el lugar definitivo que han escogido. Normalmente antes de que llegaran a su destino, por otra parte desconocido para los humanos, se las atrapaba con especiales precauciones para llevarlas a una colmena, llamada también dujo.
(Por éstos pueblos siempre había muchos enjambres pues como había muchos árboles frutales y flores silvestres, las abejas tenían mucha flor para libar).
Era.- Superficie plana donde se trillaba la mies con el trillo.
Entornar el carro.- Los carros muy cargados de mies, entornaban con facilidad, es decir caían de costado, cuando una de sus ruedas perdía el contacto con el suelo al saltar una linde o ribazo, pasar un bache hondo, etc.
Escardar.- Quitar cardos y malas hierbas de entre la mies en crecimiento. Se realizaba con pequeñas azadillas.
Escriña.- Especie de canasta de más de medio metro alta, hecha de paja cosida con mimbres o cáñamo donde se almacenaba el trigo.
Escriño.- Era como la escriña pero más pequeño; en él cabían aproximadamente dos celemines de grano. Boca abajo sobre un enjambre colgado en la rama de un árbol, se utilizaba también para coger enjambres y trasladarlos.
Espalar.- Quitar la nieve con una pala untada de grasa para que la nieve no se pegue a ella.
(En Arija, se calentaba la pala al fuego y después se untaba bien con brea. Para los que iban a espalar al tren de La Robla, a ganarse un sueldo, era muy importante tener la pala bien embreada para rendir en el trabajo, pues había que desatascar trincheras de la vía del tren con ocho, nueve o incluso diez metros de altura de nieve acumulada que, evidentemente, no podían quitar las máquinas quitanieves).
Esparavanes.- Hacer esparavanes. Hacer muecas con la cara y/o los brazos.
Estazar – destazar.- Un animal se estaza después de estar enfriándose (oreándose) uno o dos días. Mediante este procedimiento queda descuartizado y cortado en trozos pequeños para ser conservado o utilizado adecuadamente.
Estricnina.- Veneno sacada de la planta llamada nuez vómica con el que se mataba al zorro los días de nieve. Cuando todo estaba nevado se podían seguir muy fácilmente sus caminos hasta donde había muerto.
Fanega.- Medida de capacidad de áridos (granos), que en Castilla equivalía a 55 litros y medio.
Fielato.- Oficina a la entrada de las poblaciones grandes donde se pagaban los derechos de consumo. Por ejemplo, se pagaba en el fielato a la entrada de Burgos por todo lo que se llevaba a vender en la ciudad. También había oficinas de este tipo en las carreteras al cambiar de provincia.
(En Arija había fielato en la plaza del mercadillo).
Fresquera.- Especie de cajón de madera con ganchos para colgar en su interior. Sus laterales de fina tela metálica por la que pasa el aire para mantener los alimentos un cierto tiempo. Se colgaba del techo de las bodegas, por ser lugares frescos. Hemos de recordar que no se hablaba, todavía, ni de frigorífico ni de congelador.
Galga.- La galga es un palo grueso que se atravesaba por debajo del cubo de una de las ruedas del carro para frenarlo. Estaba sujeto a la caja del carro con una soga o cuerda.
Gallarito.- Especie de pelota menor que las de jugar al tenis que producen los robles dentro de la que se dejan encapsulados un pequeño insecto que los ataca.
(Con los gallaritos, los chavales fabricaban pipas para jugar “a fumar”).
Galloga.- Nombre local de la gayuba que se refiere a un arbusto medicinal rastrero de frutos rojos arracimados. Es comestible y tiene propiedades medicinales contra las dolencias del riñón.
Gamella.- Recipiente de una sola pieza de aproximadamente medio metro de largo, aunque las hay de diferentes medidas. La gamella estaba hecha de un tronco ahuecado de fresno. En ella se adobaba la carne de los chorizos aunque también servía para otros menesteres.
(En Arija, cuando las grandes nevadas, alguna vez se usó a modo de trineo para transportar las vísceras de los animales que se sacrificaban en el matadero hasta la carnicería).
Gamón.- Planta alta y fina, de hojas largas y con florecillas blancas en forma de espiga. A veces se ha utilizado para tratar afecciones de la piel. Había muchos gamones en el Páramo.
Garabasta.- Las garabastas son los “pelillos” que tienen algunas espigas y que, triturados en la trilla forman un polvo, el tamo, que escuece mucho en contacto con la piel.
Garambaina.- Cosas y dichos inútiles. Ejemplo de uso: ¡No me vengas con garambainas! Es decir, no me vengas a decir tonterías.
Garia.- Horca de metal de dos o más puntas muy afiladas. Se utilizaba para recoger cosas pesadas como hierba, gavillas, la basura de las cuadras cuando éstas se limpiaban y se llevaba como abono a las tierras, etc.
Gavilla.- Manojo grande o haz pequeño de mies que se ata por su mitad con otro manojillo pequeño de la misma mies.
Gerugas.- Se llamaba geruga a las vainas de alguna planta que no se habían deshecho al trillar y salían enteras por el esterrador formando parte de las granzas.
Golondrina.- Es un pájaro negro en su parte superior y blanco en su parte inferior. Muy rápido volando, anidaba bajo el alero de la escuela. En la actualidad ya no se ven golondrinas en Escalada.
Gozne.- Pequeño hoyo tallado en una piedra en la que gira uno de los lados de las puertas lo que permite que éstas se abran y cierren.
Granza.- Conjunto de impurezas como las gerugas, simientes grandes procedentes de plantas que no fueran la propia mies, piedrecillas, trozos de madera, etc., que en la bielda quedaban separadas de la paja y del cereal, debido a su tamaño y a su peso.
Guandilla.- Nombre local del buitre leonado que anida en los peñascos que circundan Escalada.
Hacer hoja.- Al finalizar el verano, antes de que la hoja cayera de los árboles, se podaban éstos (se mochaban, según el vocabulario del lugar), se juntaban las ramas podadas en zamanzos o haces y se guardaban en los pajares para dar de comer al ganado ovino durante el invierno. Sólo se hacía hoja de algunos árboles como el chopo o el arce.
Hacer santos en la nieve.- Niños y niñas se tiraban hacia atrás sobre la nieve para dejar la huella de su cuerpo sobre la misma.
Hachón.- Vela gruesa.
Hijada o rejada.- Palo largo muy derecho y consistente, en uno de cuyos extremos llevaba una punta de metal para azuzar o arrear a la pareja de animales que trabajaban (se les pinchaba en los ijares con ella). En el otro extremo llevaba un trozo de metal rectangular y plano que servía para quitar la tierra que se quedaba pegada en el arado al hacer los surcos.
Hollín.- Residuo negro de humo que se pega a las chimeneas. Hombre del saco.-Personaje ficticio con el que se hacía sentir miedo a los niños y niñas para que no se aventurasen por lugares con algún riesgo.
Horca.- A modo de tridente, palo rematado en dos o más púas algo encorvadas que servía para revolver y recoger la parva, aventar o levantar la hierba o la mies.
Hornazo.- Panecillos redondos rellenos de chorizo y adornados con nueces y un huevo en el centro que hacían las madres en el horno comunal. La chiquillería se juntaba el día de Pascua Florida o Pascua de Resurrección, compraban gaseosas y se iban por los alrededores del pueblo a comerlo todos juntos.
Hozar.- Mover la tierra con el hocico, como hacen el jabalí y el cerdo.
Implar.- Inflar.
(Las botas de vino que se llevaban al campo, se implaban antes de echar el vino).
Ir a caminos.- De vez en cuando, desde el Ayuntamiento (porque Escalada tenía Ayuntamiento propio en la época), se tocaba la campana llamando a los habitantes para reunirse e ir a hacer algún trabajo comunal, como era el de arreglar los caminos después del invierno. Era obligatorio que fuese una persona de cada familia.
Jébenes – jaramago.- Planta con flores amarillas que nacían entre la mies y formaba una plaga muy dañina. Se dice que es la cizaña de la que habla la Biblia.
Juegos de niñas.- Las niñas jugaban, sobre todo, a las tabas, al avión, la media naranja, la comba, la gallina ciega, los espejos, al corro, aunque a veces también al escondite, al marro, y a tres navíos por el mar.
(El escondite, el marro o tres navíos por el mar era más de chicos, o entre chicos y chicas que, en estos pueblos y en esas edades resultan inolvidables).
Lapa.- Planta semiherbácea cuyas hojas se adhieren con fuerza a cualquier cosa.
Lavija.- specie de gran clavo de metal que servía para unir algunos aperos de labranza con el yugo, como por ejemplo el puntal del carro, el camizo del trillo, el arado romano, etc.
Lecherines.- Plantas cuya savia es como un látex amarillo o blanco y que sale abundante si se tronza el tallo. Por ejemplo la “celidonia”, cuya savia es de color amarillo. La savia de esta planta se utilizaba para quitar las verrugas, aunque también tiene propiedades venenosas.
(A los niños se les prohibía coger este tipo de plantas porque es venenosa y además manchan. Se les decía que si las cogían después se meaban en la cama).
Lechigada.- Conjunto de animales procedentes del mismo parto ya sean cerdos o jabalíes. Procede de “lechiga” que quiere decir cama.
Leguis.- Cubierta de cuero para las piernas, abierta por un lateral para poder acoplarla a la pierna y a la bota o zapato. Se sujetaba con correas y habillas.
(Las usaban mucho los cazadores).
Ligaterna.- Lagartja.
Linares.-Zona del valle, paralela al Ebro en su margen derecha, situada aproximadamente a partir de medio kilómetro cruzando el puente y enfilando el camino hacia la derecha.
(Es una zona de fincas y huertas muy nombrada en Escalada. Doña Irene Huidobro tenía una finca por estos parajes con un manantial cuyas aguas siempre salían manchadas con sustancias bituminosas, como si llevaran grasilla. Desde siempre, cuando nadie pensaba en ello, la oí decir que por allí tenía que haber petróleo. Años más tarde, en el 1963 se iniciaron unas explotaciones en Ayoluengo de la Lora: al parecer con resultados no muy satisfactorios).
Linde.- Línea que separa dos fincas y que, por lo general, no se cultiva.
(Por las lindes han tenido y tienen muchas discusiones los labradores: muchas con resultados trágicos).
Lodón.- Hongo pequeño que crece en el trigo o el maíz y que no es bueno para la salud.
Lora.- En este caso, zona llana perteneciente a Escalada, situada encima de la cuesta de la margen derecha del Ebro.
Luciérgana.- Procede del diminutivo del latín “lucérnula”. La hembra de esa variedad de insectos despide una luz fosforescente de color blanco verdoso.
Luz eléctrica.- La luz eléctrica llegaba sólo durante la noche desde una pequeña central eléctrica situada en el pueblo de Valdelateja a orillas del rio Rudrón. Hasta bien entrada la década de los sesenta del siglo pasado no se amplió el servicio de las veinticuatro horas del día, ya desde la red nacional.
(La central se llamaba “El Porvenir”, donde existe un canal para llevar las aguas y un túnel de triste recuerdo por un hecho que ocurrió el 17 de Junio del año 1938.- Un grupo de jóvenes que intentaba llegar en barca por el canal, al Santuario de Nuestra Señora de Ebro, se hundieron en dicho túnel muriendo ahogados nueve de ellos. Todos eran del pueblo de Turzo, más el cura párroco de Orbaneja del Catillo, pues iban a celebrar rogativas a la Virgen para pedir lluvia. A Doña Irene la oí decir que los cadáveres tenían las uñas y los dedos de las manos destrozados, por querer adherirse a las paredes del túnel para salvarse).
Malaén.- Árbol de la familia de los cerezos, cuyos frutos no son comestibles. En él se injertaban púas de buenos cerezos.
Mandria.- Se dice de las personas inútiles, pero en este caso era un apelativo más cariñoso que se utilizaba algunas veces con los niños.
Manguito.- Especie de media manga de quitar y poner que se ajustaba a brazo y antebrazo. Las mujeres lo tenían que usar para ir a misa en verano con los brazos cubiertos.
Manzana de la diputación.- Se llamaban así las manzanas de una especie de Golden muy sabrosas producidas por manzanos proporcionados por la Diputación de Burgos.
(Las tierras de Escalada siempre han dado fruta abundante y muy sabrosa. Hoy día, no se sabe el motivo, ya no se da como antes).
Maquila.- Es una palabra que significa medida y que, en nuestro caso, era la porción de grano con la que se quedaba el molinero como pago por su trabajo de molienda de cada una de las zaquilada de grano.
Marón.- Macho de las ovejas.
Matadura.- Llaga que se les hace a las bestias por el roce de los aparejos.
Material.- Trozo de piel curtida que se utilizaba para pequeños arreglos.
Matraca.- Instrumento de madera compuesto por un tablero y uno o más mazos, que al sacudirlo produce un ruido fuerte y opaco.
(A los niños cuando se ponían pesados se les decía: ¡Anda!... vete por ahí y no me des la matraca).
Matrícula del carro.- Ya entonces los carros debían circular con una matrícula que se renovaba cada año. Era de latón y se adosaba a uno de sus laterales.
Mediana.- Pequeño artilugio de cuero y hierro que servía para unir el yugo al arado y otros aperos de labranza, excepto para el carro que se utilizaba para el sobeo.
Mejorana.- Planta aromática procedente de Oriente. Se usa como antiespasmódico y en el asado de la carne.
Melena de las vacas.- Nos referimos a las melenas que formaban parte de los aperos de la labranza. Estaban formadas por un trozo rectangular de cuero que se ponía en la testuz de vacas y bueyes para que el yugo, que iba encima no les hiciese mataduras.
Mico.- Es un mono de cola muy larga. En este caso se usaba con el significado de “no seas bobo o boba y deja de hacer tonterías”: “¡No seas mico”!
Mitón.- Guante que deja al descubierto la punta de los dedos para dejarlos libres y que puedan trabajar mejor.
Mochar.- (También se decía desmochar).-Cortar ramas a un árbol sin demasiado cuidado, con el fin de que sus hojas sirvieran como alimento al ganado bovino.
(En el pueblo de Sedano, había un chico que tenía una habilidad impresionante para desmochar los árboles, sobre todo los chopos, subiéndose hasta las ramas más altas. Desmochaba subido a ramas inverosímiles de delgadas que eran, cimbreándose de un lado para otro que parecía se iba a caer. Tenía tal habilidad que el pueblo le puso un mote: “El mocha”).
Mocha.- Cabeza humana.
Mochales.- Persona que ha perdido el juicio. “Está mochales”.
Mondongo.- Intestinos y panza de las reses, especialmente del cerdo. En nuestro caso se llamaba así al caldo con los restos de las morcillas rotas al ser cocidas en la caldera. Era muy apreciado y se tomaba como sopa.
Monumento.- Altar muy adornado con velas y las primeras flores de la primavera, en el que se reserva la Eucaristía para ser adorada por los fieles después de la misa vespertina del Jueves Santo.
Moñiga.- Nombre local referido a la boñiga que es el excremento del ganado vacuno.
Morcillo.- Estómago del cerdo relleno como las morcillas.
Morena.- Montón cónico de mies segada y recogida en gavillas. Estas gavillas se amontonaban ordenadamente siempre con las espigas hacia arriba para que el grano no se estropease con la humedad de la tierra.
Morrocotudo.- Algo morrocotudo es algo que tiene mucha importancia o mucha dificultad.
Mozo – tentemozo.- Es un puntal, algo que sirve de sostén. Estaba formado por un palo grueso que llevaba sujeto el carro en la parte delantero y otro, en la trasera. Cuando el carro se paraba un rato largo, estos mozos se descolgaban con lo que uno de sus extremos quedaba apoyado en el suelo con lo que se ayudaba a los animales a sostener la carga.
Musaraña.- En este caso se refiere a estar distraída una persona.
(En la escuela de Arija, el maestro cuando nos cogía distraídos nos decía:¡ya estás pensando en las musarañas!, a ver,¡qué estaba explicando!).
Nacerse el grano.- Se decía que la mies “se había nacido”, cuando germinaban los granos o en las tierras de labor o en la era una vez que se había segado, debido a la humedad generada por las lluvias o rocío.
Oficios.- Funciones religiosas de la Iglesia Católica, especialmente los referidos a la Semana Santa.
Orión.- Constelación al este de Toro. Destaca en las noches de verano su cinturón formado por tres estrellas. Según la mitología Orión era un cazador de fuerza extraordinaria a quien Diana mató con sus flechas y se convirtió en constelación. Persiguió a las Pléyades, de la constelación de Toro, pero no pudo con ellas porque se las arrebató el Cielo.
Orza.- Recipiente de barro cocido parecido a un puchero que servía, por lo general, para guardar en conserva los productos de la matanza del cerdo.
Pajera.- En este caso tenemos dos acepciones para la misma palabra. Una de ellas se refiere al lugar en el que se guardaba la ración de paja para distribuir en el día al ganado. En segundo lugar nos referimos a un problema que se daba generalmente entre las vacas debido a que se les iba incrustando poco a poco la paja en la garganta lo que les producía en casos extremos el ahogo. El labrador resolvía el problema introduciendo su brazo en la garganta del animal para limpiársela.
Pamplinas.- Las pamplinas son plantas pequeñitas con flores, pero cuando se decía “no hagas pamplinas”, se refería a no hacer pequeñas tonterías, como lloriquear, hacer pucheros, pedir mimos, etc.
Panadizo.- Proceso muy doloroso, generado por una infección generalmente alrededor de las uñas.
Panera.- Artilugio que se colgaba del techo y que estaba compuesto por un madero vertical entorno al que se disponían pequeños brazos también de madera que, de dos en dos, soportaban las hogazas.
Pasaderas.- Grandes piedras semirredondas que se utilizaban para pasar de un lado a otro de la zona del rio en la que en la actualidad existe una especie de piscina donde se bañan los más pequeños. Han sido sustituidas por un dique que también permite el paso sobre él.
(En el pueblo de Sedano se llaman “lanchas”, y sirven para pasar de un lado al otro del rio por donde lleva poco agua. En Valdelateja también las había).
Payo.- Grandes zonas de siembra en las que se divide el terreno.
Pecu.- Nombre local dado al cuco. Así se le llamaba porque a comienzos de la primavera se le oye por el valle cantando “pecu” “pecu”. Hay personas que piensan que es señal de buena suerte si la primera vez que se oye en la primavera el canto del pecu coincide con que se lleva algo de dinero en el bolsillo.
Petaca.- Estuche de cuero para tabaco. Es palabra de origen azteca.
Pellas.- Aunque en la actualidad hacer pellas es sinónimo de faltar a clase, en nuestro vocabulario de infancia las pellas eran bolas de nieve con las que se jugaban.
(El “juego”, siempre consistía en darte con una pella en la cara. En Arija, con las nevadas, a la salida de la escuela siempre había grandes peleas con "pellas” entre los chavales de Arija de arriba y Arija- Vilga).
Pelleja.- “Asma” del animal.
Pepitilla.- Llamaban así al centro de cada grano de arroz. Esta pepitilla debía estar un poco dura y sin cocer del todo, en el arroz utilizado para hacer las morcillas.
Perillán.- A veces se usaba con los chiquillos con significado de astuto, travieso.
Perra gorda.- Moneda de diez céntimos de peseta.
(Después de la Guerra Civil, una perra gorda era para un chico, “un gran tesoro”).
Pescozón.- Dar un golpe no demasiado fuerte con la mano en el pescuezo o cuello.
Pez.- Materia blanda y pegajosa de color oscuro, insoluble en agua, que se obtiene de las maderas resinosas y como residuo en la destilación de la trementina y de los alquitranes.
(A los pellejos y botas de vino se les impregna por dentro con pez para impermeabilizarlos y que den buen vino. A los niños, se les ponía un emplaste de pez en el pecho cuando se decía que tenían el esternón hundido).
Picaporte.- Dispositivo de metal para abrir y cerrar una puerta.
Picar el dalle.- Afilarlo picándolo con un martillo sobre un pequeño yunque. Luego cuando ya se estaba utilizando, había que afilarlo múltiples veces con una piedra de afilar alargada, que se guardaba en la colodra. Era todo un arte saber afilar los dalles tanto con el martillo como con la pizarra.
Picarrelincho.- Nombre local dado al pájaro carpintero.
Picias.- Palabra usada para definir las travesuras de los más pequeños.
Picos.- Apero de labranza que se colocaba a las caballerías encima de la albarda. Estaba formada por cuatro palos bien resistentes sujetos entre sí por una soga y que se disponían dos a cada lado del animal, en sus flancos. Servían para transportar mies o leña.
Piedralipe.- Cristales azules de óxido de cobre que diluidos en agua se echaban en el trigo antes de sembrarlo para evitar plagas.
Piedrecillas que comen las gallinas.- Estas piedrecillas las almacenan en el buche y sirven como trituradoras de los alimentos. Algunas de ellas se descomponen y contribuyen con su calcio a formar la cáscara de los huevos.
Piyuela.- Estar desnudo de todo el cuerpo o de alguna de sus partes.
Pizarra.- Es una clase de arcilla que se puede dividir fácilmente en hojas muy finas. Se utilizaban trozos lisos enmarcados en madera para escribir sobre ella con el pizarrín. Lo escrito se borraba con facilidad con la mano. No se usaban ni cuadernos ni otro papel.-
Pizarrín.- Barrita, de pizarra a modo de lapicero sin envoltura de madera, que se utilizaba para escribir en las pizarras individuales que cada alumno llevaba a la escuela.
(El pizarrín se rompía con mucha facilidad, sobre todo si se caía al suelo. El primer día de uso de uno nuevo ya se partía por la mitad. Los chavales siempre llevaban pizarrines pequeños por este motivo).
Plantón.- Ramas de los árboles, sobre todo de los chopos, que se enterraban en otoño para que echasen raíces y poder plantarlos en primavera o al otoño siguiente.
Potro.- Cobertizo donde se ponían las herraduras a los animales.
Postigo.- Cada una de las pequeñas puertas de madera que cubren el cristal de una ventana, cerrando el paso de la luz.
Rabadán.- Joven ayudante de pastor.
Ración.- Era el regalo que se hacía a familiares y amigos con productos de la matanza.
Rampla.- Se da este nombre justo a la zona en la que comienza la carretera comarcal 643 en su unión con la 623 Burgos Santander. Se supone que es una derivación de “rampa” pues en ese lugar la carretera tiene un poco de cuesta.-
(En esta “rampla” se dejaban los “bultos” [maletas y banastas de frutas] para que las viera el chofer de la Continental e hiciese una parada para recoger viajeros y “bultos”).
Rastra.- Rastro grande que debía ser tirado por animales. Servía para desmenuzar terrones con el fin de que la simiente naciera mejor y la tierra quedase allanada para facilitar la siega en su momento.
Rastrojo.- Residuo de las plantas de mies que quedaba enraizado en el campo después de la siega.
Rastrandera.- Se utilizaba esta palabra para determinar una amplia zona en la que quedaba la huella de un fuerte arrastre. Cuando cayeron las piedras del pico de Barriuso hacia el pueblo en los años cincuenta del siglo pasado, dejaron a su paso una rastrandera.
(Las piedras del pico de Barriuso que eran muy grandes, se detuvieron a escasos metros del tejado de la casa de Doña Irene Huidobro. El que conozca Escalada y los farallones o riscos que hay detrás del pueblo, de donde se desprendieron las piedras, comprenderá que es un puro milagro, viendo aquellos peñascos, que nunca haya ocurrido ningún percance grave).
Reata.- Hilera de caballerías atada unas a otras, por lo general para hacer algún trabajo.
Rebollas.- Bellotas.
Reborada.- Colores rosáceos que toman las nubes por el oriente en algunas de las puestas del sol.
Rebullir.- Hacer ruido suave.
Resquilar.- Forma de subirse a los árboles ajustando el propio cuerpo al tronco y haciendo esfuerzo con todos sus músculos para avanzar hacia arriba.
(Había chavalas que resquilaban mejor que los chicos, para coger alguna pera o manzana).
Resuello.- Respiración fuerte y haciendo ruido.
(De chicos, para decir que habíamos corrido mucho deciamos: me he quedado sin resuello).
Retrucar.- Replicar con energía o llevar la contraria a alguien.
Rezongar.- Refunfuñar.
Ribazo.- Talud entre dos fincas que están a distinto nivel.
Rodea.- Trapo de cocina. Paño de cocina.
Sabadeño.- Chorizo hecho con restos de carne y vísceras de cerdo. Sólo se comía cocido.
Sabañón.- Hinchazón tumefacta de la piel acompañada de ardor y picazón de los dedos de las manos y de los pies, también de la orejas, causado por el frío extremo.
San Martín.- Es el 11 de noviembre y ya se sabe lo que dice el refrán: “A todo cerdo le llega su sanmartín”.
Santanderón.- Zona paralela al río que comienza al finalizar el puente hacia la izquierda.
(Cuando en la Guerra Civil dinamitaron el puente de Quintanilla Escalada, el Señor Paco, un carnicero de Arija, pasó el rio Ebro hacia el Santanderón, con mucho peligro, con una camioneta por encima de unos tablones para poder llegar hasta su pueblo, Sedano. El rio en aquella época no llevaba tanta agua como ahora pues el Pantano del Ebro, todavía no estaba operativo).
Sacamantecas.- Personaje ficticio con el que los mayores amedrentaban a niños y jóvenes para que no fuesen por zonas en las que existía algún peligro.
Sebo.- Grasa de los animales herbívoros. Se guardaba generalmente en tortas después de haberla derretido.
(Por Arija, después de la Guerra Civil, también había tortas del sebo de terneras de Campoo que, por la escasez del aceite de oliva, eran pura delicia para guisar).
Semana Santa.- La Semana Santa siempre se celebra durante la primera luna llena de la primavera.
Sepultura familiar en la iglesia.- Algunas familias tenían en la parte delantera de la Iglesia un artilugio de madera para soportar velas grandes llamadas hachones. Detrás de ese artilugio se colocaban uno o dos reclinatorios donde se arrodillaban las mujeres de más edad.
Serda – Cerda.- Pelo duro de las caballerías y otros animales como el cerdo.
Serón.- Doble bolsa de esparto, palma o mimbre, de mucha cabida que se colocaba sobre la albarda de las caballerías. Colgaba a los dos lados y servía para transporte de diferentes cosas: manzanas, patatas, etc.
(Muchas veces, por dar un capricho a los niños, se metía a uno a cada lado del serón que llevaba el burro hasta la huerta donde se iba a recoger la fruta).
Siete cabrillas.- Nombre popular. Cumulo de estrellas en la constelación del Toro llamadas Pléyades o Pléyadas. A simple vista se ven siete pero son unas trescientas. Se les da este nombre mitológico porque fueron hijas de Atlas y Pleyone a las que, según la fábula griega, arrebató el Cielo cuando las perseguía el cazador Orión.
Sobeo.- Correa con varios dobleces con la que se sujetaba al yugo la lanza del carro o el timón del arado.
Sol de uñas.- Sol del invierno que parece que calienta pero lo que da son catarros y enfriamientos si alguien se detiene a tomarlo.
Solengua.- Mal repentino que les daba a las vacas en primavera cuando salían disparadas a comer la hierba fresca de los prados y se les impedía. Morían rápidamente si no se las sangraba. Se consideraba una especie de berrinche pero ¡algo más habría!
Suerte.- La leña se llevaba a casa desde el monte. Para hacerlo con orden y concierto, cada año durante los meses de Noviembre o Diciembre, El Ayuntamiento determinaba tantos trozos del monte como vecinos había en el pueblo y los sorteaba entre ellos. Así cada familia disponía de combustible para el invierno. Sólo se podía cortar la leña de la suerte hasta el último día del mes de Marzo.
Taburete.- Silla baja de madera sin respaldo ni brazos.
Talegada.- Caída de lleno de una persona al suelo.
(Los chavales, jugando, se daban buenas talegadas).
Tamo.- Polvo o paja muy menudo procedente de las garabastas de la mies trillada. El tamo de la cebada era especialmente dañino por lo que picaba e incomodaba mucho.
(El tamo, en días de mucho calor y un poco de viento es insoportable).
Tanganillo.- Morcilla hecha de un intestino muy pero que muy delgado.
Tarrañada.- Calostro o primera leche de las madres durante los primeros días que siguen al parto. En este caso se refiere a la leche de las vacas.
Teleras.- Extender en la era minuciosamente la paja que se va a trillar, una vez bien seca.
Tender la ropa al sol.- Procedimiento utilizado para blanquear, más si cabe, la ropa blanca después de lavada. Se la regaba de cuando en cuando para que la luz del sol siguiera combinándose con el agua para formar ozono que es un potente limpiador.
(Esta ropa se tendía en el suelo, donde había hierba para que no se manchara).
Testuz.- Parte de arriba o frente, en la cabeza de los animales.
Tirabique.- Nombre local del tirabeque o tirachinas.
(En Arija también se llamaban tiragomas, y de lo que me acuerdo que hacía con ellos... pido perdón a los pajaritos).
Tiritola.- Personaje ficticio con el que se metía miedo a los niños para que no fueran a algún sitio peligroso. Se utilizaba en ocasiones para que no se subieran al campanario de la iglesia.
Titos.- Legumbre de secano blanca, pequeñita y muy alimenticia con cierto parecido a los altramuces. Hoy casi desaparecidos.
(Los titos son muy duros de cocer y se sembraban en tierras muy pobres donde no se podía coger otra clase de cultivo. Cuando se quería despreciar a alguna persona se decía: ¡Bah!... ¡Si no come más que titos!...)
Tizón.- Se le llamaba tizón al lodón de la mies.
Tojo.- En este caso se le daba el nombre de tojo al agujero redondo que tienen algunas puertas de las casas o de los corrales en su parte inferior. Por él pueden entrar y salir a su antojo pequeños animales, como gatos, gallinas etc.
Tolva.- Especie de caja con forma de embudo de la beldadora, en la que se echaba poco a poco la mies trillada para ser beldada. También tienen tolva los molinos para echar el grano que se quiere moler.
Toques de campana.- Los toques de campana eran muy diferentes según fuesen días de fiesta o de labor para llamar a misa o al rosario. Los días de misa mayor se volteaban desde el campanario, a mano, las dos campanas grandes. En cambio, para tocar a misa o al rosario los días habituales, se tocaba desde la entrada de la iglesia con una cuerda unida a las campanas. A las doce del mediodía se tocaba al ángelus y a la caída de la tarde se oía el toque de ánimas. Para llamar a concejo también había un toque especial, así como para hacer trabajos comunales; en éste caso se llamaba tocar a caminos. También para avisar que había fallecido alguna persona se tocaba a muerto a base del toque especial llamado de clamores. En éste último caso también eran diferentes según se tratase de un menor, de una mujer o de un hombre. A nublo, era otro de los toques, para romper las nubes con su tañido en días de gran tormenta. Cuando ya no hubo pastores (que ellos tocaban con su cuerno) sino que cada vecino se turnaba para cuidar los rebaños, se tocaban las campanas para que todo el mundo soltase los animales a la calle para formar las diferentes manadas. El toque a fuego, era otras de las llamadas si había fuego en el pueblo o en el monte.
(Particularmente, tengo clavada en el alma “el toque de ánimas” en los meses de Septiembre, cuando los días empiezan a decrecer, y las tardes, después del alegre y bullicioso verano para un chaval, en estos pueblos se hacían tristísimas. Añádase al sobrecogedor toque de una campana, la pobrísima luz eléctrica y el rezo del "Santo Rosario" a las almas de familiares fallecidos que de chavales hacíamos "a diario" con los mayores en nuestras casas, y se comprenderá la tristeza del momento para un chiquillo).
Toque del cuerno.- La llamada de los pastores para que las familias soltasen sus ganados para llevarlos al monte a pastar, la hacían soplando con fuerza un cuerno de res con el que producían un sonido opaco, hondo y fuerte.
Tramilla.- Hilo hecho generalmente de esparto.
Trébede.- Del latín tres pies. Se llamaba trébede al aro de hierro con tres patas que servía para poner sobre el fuego los pucheros cuando la cocina era baja. También se llamaba trébede a un palo vertical hincado en la parte delantera del trillo, mediante el cual el camizo unía el trillo al yugo de los animales uncidos para realizar la trilla.
Triquinosis.- Enfermedad adquirida cuando se ingieren larvas de la triquina. Se suelen enquistar en el cerdo y a éste le llegan desde las ratas. Esta enfermedad es mortal en las personas. Para impedirlo y hasta que el veterinario que vivía a varios kilómetros no daba su veredicto, cocía bien la carne antes de comerla.
Troje.- Son los lugares donde se guarda el grano.
Tronzarse.- Romperse un hueso.
Ulagas.- Aliagas.
Vasar.- Estantería que en las cocinas servía para guardar la exigua vajilla.
Vedija.- Mechón de lana.
Vencejo.- Aunque lo común es conocer esta palabra referida a un pájaro, el sentido que aquí le damos es como derivada del latín “vincire” que significa atar. El vencejo era una rama joven y larga, normalmente de olmo, que por ser extraordinariamente flexible servía para atar la mies y los zamanzos.
Ventanas enramadas.- La víspera del día de la Función o fiesta mayor del pueblo, los mozos adornaban con ramas de chopo las ventanas de las mozas.
Veranillo de San Martín.- Días de buen tiempo a mediados de Noviembre (el día 11 es San Martín). De este “veranillo” de dice: “El veranillo de San Martín, tres días y fin”.
Vericueto.- Lugar o paraje alto o escarpado por el que sólo se puede pasar con gran dificultad.
Verrón, Verroncho o corroncho.- Nombres locales dados al ruezno o cubierta externa de la nuez que posee un tinte muy fuerte de yodo.
Vertedera.- Arado especial, descubierto en la Edad Media, que no sólo abre los surcos sino que voltea la tierra con lo que se consigue airearla mejor, amén de cubrir hierbas y rastrojos con lo que se consigue que se pudran y se conviertan en abono.
Vieja de Páramo.- Personaje ficticio con el que se encantaba a los pequeños a la vez que se les sugería que el lugar de donde sus padres volvían de trabajar era un lugar mágico y, por tanto sin peligros.
Vientre.- Conjunto de estómago e intestinos que se utilizaban como fundas para hacer morcillas y chorizos. Así se decía: “Vamos a comprar un vientre”.
Virgaza.- Planta trepadora cuyos tallos largos se utilizaban para saltar a la comba.
Yeros.- Planta con sus frutos en vaina y dos o tres semillas en cada una. Se cultivaban para alimento del ganado, sobre todo de ovejas y cabras.
Yunta.- Pareja de animales uncidos con el yugo para el trabajo agrícola.
(En las ferias de ganado de estos pueblos, había mucho “contraste de opiniones”, mucho “hablar”, mucho “ir y venir” para comprar una buena pareja para las labores del campo. Los labradores se lo pensaban mucho antes de decidirse en la compra de dos animales para uncirlos, pues tenían que ser muy parejos en todo para que el trabajo en el campo resultara más fácil).
Zambomba.- Especie de tambor en el que se incrusta un palo vertical con el que se produce un sonido característico. Se hacía con la vejiga del cerdo.
Zancada.- Paso más largo del normal. En nuestro caso se llamaba así a la rueda de piedra atravesada por una manivela de metal y colgada entre dos troncos de madera, en la que afilaban hachas y cuchillos dándole vueltas.
Zaquilada.- Normalmente fanega y media de grano que se llevaba al molino para su molienda.
Zoqueta.- Pieza de madera ahuecada a modo de guante que los segadores con hoz adaptaban a los dedos de la mano izquierda para no cortarse. El dedo pulgar quedaba libre para poder maniobrar con la mano.
Zurrón.- Bolsa confeccionada con piel bien curtida -pellejo- en la que los pastores llevaban su comida al hombro.
(También lo llevaban los cazadores).
Esperamos que el presente vocabulario sirva para ampliar el conocimiento de nuestro… ¡¡¡maravilloso idioma!!!...que es el mejor del mundo para describir los estados del espíritu, los actos trascendentes y la vida del más allá. Y agradecemos en el alma a "María Jesús Gallejones" su libro, que nos ha permitido dar a conocer palabras con las que, no hace mucho, se expresaban en Escalada personas muy entrañables para nosotros.-
Ahora que está tan de actualidad la “violencia de género”, pues tenemos casos de maltrato a la mujer “a diario”, que no es otra cosa que el quebrantamiento del quinto mandamiento de la “¡Ley de Dios!”, puedo decir que Doña Irene tenía en mucha estima la buena armonía de los matrimonios. Era feliz, aun siendo desconocidos, cuando sabía que los casados se respetaban y se llevaban bien.
Creo que la buena convivencia y la duración del matrimonio se empiezan por la “educación de los sentimientos" enseñados en el seno de la familia, y también por la buena disposición cristiana del "Catecismo de la Iglesia Católica” aprendido desde pequeños en las escuelas y colegios.
El “Secretario de Estado de Servicios Sociales” acaba de anunciar que este año 2013 van a presentar en el parlamento para su aprobación la “Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia de Género”.
Lo hacen ¡alarmados! porque las estadísticas son “¡escalofriantes!”. En España, en el año 2007 murieron a manos de sus parejas o exparejas 71 mujeres. En el año 2008 fueron 84. En el año 2009 murieron 68. En el año 2010 asesinaron a 85. En el año 2011 llegó hasta 67. En el año 2012 han sido 57, y en lo que llevamos de este año 2013 ya han matado a 30 mujeres.
Esto, en los tiempos que describe este relato, no pasaba ni en el pensamiento.
El Secretario de Estado de Servicios Sociales dijo que el gobierno va a tomar ¡doscientas cincuenta y ocho! (“258”) medidas para erradicar “¡definitivamente!” la violencia de género.
Las medidas de los políticos como se ve son muchas y, por lo que consiguen “¡hasta dan miedo!”.
Las medidas de Dios solamente es una: ¡No matarás!
Están bien “ciertas medidas”, pero nunca se acuerdan de “la normativa del Cielo”.-(El Evangelio, "para la violencia de género", tiene dictadas normas a cumplir, tanto por parte del hombre como por parte de la mujer).
Cada vez que matan a una mujer, los gobernantes, aumentan las medidas para erradicar "la violencia de género".
Constantemente compruebo que todas las leyes que se dictan para erradicar esta lacra ¡no sirven de mucho!
¡Que Dios nos coja confesados!
Desde Cuba nos escribe Don Juan F. García lo siguiente:
Muchas gracias, muy interesante para mi ver fotos de mis tíos abuelos José Ruiz e Irene de Huidobro. La cotorra que menciona "Quin" en su relato se la llevó de regalo desde Cuba mi padre. Yo sabía como llegó la cotorra a Escalada, pero no sabía su final.