Souvenir de Arija

De Arija
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Las almadreñucas

No pensaba escribir, en este sitio Web, más relatos sobre lo vivido por Arija y sus alrededores.- Entre otras cosas porque al paso del tiempo se me van difuminando mucho los recuerdos.- Pero… acontece que, en las estanterías de la librería que tengo en el comedor de mi casa, entre libros, novelas, álbumes, diccionarios, y figuritas que me hacen recordar países lejanos, me suelo topar de vez en cuando con unas pequeñas, más bien pequeñucas almadreñas de madera, hechas a mano, barnizadas y rotuladas con una leyenda que dice: Recuerdo de Arija, año 1.942, J.G., cuya descripción de lo vivido en torno a ellas me voy a atrever, una vez más, a contarlo.-

Hace pocos días, al contemplar estas almadreñucas, que son un souvenir muy personal y particular de Arija, ¡mágicamente!, cual sol irradiando mil sensaciones, me despertaron recuerdos de mi infancia trasladándome a la niñez vivida ¡felizmente! por aquellas benditas tierras, obrando el ¡milagro! de avivar rescoldos de recuerdos casi perdidos que pueden interesar a los que algo tengan que ver con el pueblo de Arija, y también a los que, sin ser de Arija, curioseen por estas páginas, y antes de que esos recuerdos se me esfumen los voy a dejar ¡atrapados! en este sitio.-

Estas almadreñucas, como digo, son un souvenir muy personal y particular de Arija.- Me las regaló J.G. cuando yo tenía diez años, allá, por el año 1.942 como dice la fecha del recuerdo.- ¡Bueno!, a decir verdad, se las regalaron a mi padre como un presente para toda la familia, y aunque pertenecen a más personas, me las he apropiado de por vida en una actitud de desordenada avaricia por poseerlas, pues hay tesoros que no se pueden comprar con dinero.-

El autor de dichas almadreñas es J.G., según proclama lo rotulado en las mismas; el mismo que se las regaló a mi padre, que no es otro que José García, el señor José, que fue guarda o vigilante de la Fábrica de Cristalería en Arija, fallecido hace años.-


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Guardas de la Fábrica de Cristalería Española. El señor José es el cuarto (empezando por la izquierda)


El señor José, vivía con su señora y sus hijos en la casa de los guardas: una casa cuya entrada principal colindaba con la Plaza Nueva.- Esta casa era propiedad de Cristalería Española y, como todas las casas de Cristalería de por aquellos años, era de las que tenían agua corriente en abundancia, además de su buena luz eléctrica y de sus buenas estancias compuestas de: una amplia y luminosa cocina con su fregadero, un baño grande con un buen ventanal, y unas espaciosas habitaciones.-


La luz eléctrica

Muchos jóvenes de hoy día que lean esto pensarán que no tiene ninguna importancia tener una casa con agua corriente abundante, buena luz y un baño, y… ¡vaya si la tiene!...

En general, estamos rodeados de comodidades, si no de lujos, que no valoramos.- En las casas de Arija que se construyeron por los años 1.900 era un verdadero lujo tenerlo, y por aquellos años de 1.942, acabada la Guerra Civil y en plena II Guerra Mundial, el suministro de luz eléctrica a las casas que no eran de la Fábrica dejaba mucho que desear.-

La luz, la suministraban los del molino, con una pequeña central eléctrica y unas instalaciones del tendido eléctrico muy deficientes.-


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Este es "el molino de Daniel" desde donde se suministraba la electricidad a las casas de Arija que no eran de la Fábrica de Cristalería Española


Puedo dar testimonio que cuando de pequeño, en mi casa tenía que hacer los deberes de la escuela, ó me recreaba leyendo tebeos, muchos días teníamos que reforzar la luz eléctrica con velas, pues era de una intensidad ¡tan débil!… que no se veía lo suficiente para leer a gusto, amén de que la luz se iba y se venía constantemente y muchas veces nos quedábamos… ¡a dos velas!


Era muy normal quedarnos sin la luz eléctrica al menor contratiempo de tormentas, de fuertes aguaceros, de vientos o de nieves.- Tengo metido en el subconsciente expresiones como:

  • ¡ya se ha ido la luz!
  • ¡adiós, se nos fue la luz!
  • ¡estamos sin luz!
  • ¡con esta luz no se ve ni para guisar!
  • ¡vaya por dios, otra vez nos hemos quedado sin luz!
  • ¡cuándo volverá la luz!...
  • ¡si la luz se va tres veces seguidas, ya no lo arreglan hasta mañana!
  • ¡con este temporal, nos vamos a quedar sin luz un mes!
  • ¡ten cuidado al bajar las escaleras que, como estamos sin luz, te puedes pegar un “tampanazo”!

La verdad es que Cristalería Española planificó muy bien, en torno a su Fábrica, todo el barrio de Vilga, mimando a sus directivos, empleados y obreros; proporcionándoles buenas viviendas según su categoría: gratis, incluyendo luz y agua.-


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Con la luz eléctrica que suministraban “los del molino” no se veía lo suficiente para hacer las tareas de la escuela y había que suplementarla con velas o carburos


El agua corriente

Todas las demás casas que no eran propiedad de Cristalería, ninguna tenía agua corriente.- Había que ir a las fuentes con un par de cubos de hojalata galvanizada y hacer unos cuantos viajes de acarreo de agua para llenar unas tinajas de barro que teníamos en casa, si queríamos tener agua disponible para lavar, cocinar, asearnos, y para otros menesteres que se precisan en los retretes.- (Apunto este dato, lo del agua corriente en la casa, porque algo tiene que ver el souvenir de Arija con dicho elemento).-

Por los años 1.942, los inviernos en Arija solían ser bastante duros, con temporales de fríos vientos, heladas y grandes nevadas.-

En mi casa teníamos que acarrear muchos viajes de agua porque, al tener tienda de carnicería, mi madre tenía que lavar muchas ropas: buzos, delantales, trapos, etc., etc...-

Para el acarreo del agua, que era muy duro hacerlo a diario, sobre todo en invierno, teníamos a dos personas que nos ayudaban: Paco, un chico joven con un poco de deficiencia mental al que llamaban el virojo, porque padecía un notable estrabismo (la palabra es bisojo o bizco, pero en Arija le llamaban el virojo), y el señor Faustino, un señor jubilado que era un poco torpe al andar.-

Paco era un chico muy servicial y voluntarioso, noble, y muy respetuoso con las personas mayores.- Siempre estaba alegre y contento, dispuesto a hacer recados o a trabajar con una sonrisa en los labios.-

Su obediencia era tal, que nunca se salía del guion del trabajo que le marcaban: ni aunque otros chicos le provocaran para que no hiciese lo que le habían mandado.-

Su estrabismo era muy llamativo y, añadido a lo alegre de su carácter, resultaba ser un chico gracioso (el ojo izquierdo miraba recto a la nariz, y el derecho, cuando pensaba lo que le estaban diciendo, se desviaba un poco hacia arriba como pidiendo protección al cielo).-

El señor Faustino era más serio, no se reía fácilmente, más bien tenía tendencia a ser un poco gruñón, como el enanito de la película de Walt Disney.-

Para el señor Faustino, Paco nunca hacía las cosas bien.- El señor Faustino, como un cascarrabias redomado siempre estaba refunfuñando o mascullando pensamientos contra Paco.- Pero los dos eran unos personajes a los que se les terminaba cogiendo un gran cariño.-

Con unos guantes de lana a los que les faltaba la mitad de los dedos, unos andrajos de lona atados con cuerdas a las piernas, a modo de polainas para protegerse de la nieve, unos pasamontañas de gruesa lana donde se les quedaba la moquita pegada, porque se helaba, y un desbarajustado chambergo atado también con cuerdas porque carecía de botones, iban a por el agua ateridos de frío.-


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Esta es la fuente que había en frente de "Casa Raimunda" o "Bar de Arce". Como este tipo de fuente había otras por Arija donde se cogía el agua con calderos y en la casa se trasvasaba a tinajas de 75 litros


Mi madre por el acarreo del agua les daba su paga, amén de algún caprichillo a modo de propina, que en aquellos tiempos de escasez se apreciaba mucho, como: una buena naranja, unas nueces, unas avellanas, una bolsita de cacahuetes o una manzana.-

Pero la satisfacción grande de los dos, al igual que lo hacía La Roja de La Población (una señora de La Población que nos vendía huevos y leche y se llamaba Visitación), era comerse una cazuelita de carne guisada de las mejores terneras de la Vilga, con su buena salsita que invitaba a… moja pan y come, regada con un buen par de vasos de vino tinto para alegrar el gaznate, y que mi madre les ponía porque consideraba que, la paga que les daba más el capricho, no compensaba el frío que se pasaban en las fuentes públicas llenando los baldes de agua, que era bastante tiempo pues con las heladas las fuentes se negaban a dar agua.-

Las cazuelitas donde comían el guisado de carne, las dejaban todos los días relucientes, aptas para volver a comer en ellas sin necesidad de fregarlas, pues Paco el virojo y el señor Faustino, las dejaban perfectamente limpias, por el hambre que arrastraban, rebañándolas exhaustivamente con las rebanadas de pan que mi madre les daba.-


Las terneras de Vilga

Quiero hacer un alto en este momento del relato para referirme a la calidad de las terneras que se criaban por aquellos años en los pastizales de la inmensa Vilga y de todos los pueblos de Campoo.-

Hace unos días he visto en la televisión un reportaje sobre el control que llevan los veterinarios ó autoridades sanitarias en las granjas de ganado vacuno.- Las pobres vacas, terneras y jatos, tenían colgadas en las orejas unas cuantas chapas con números y letras (unas chapas tapaban a otras), en un pretendido y exhaustivo control sanitario (aunque a costa de una suculenta sangría monetaria que el ganadero tiene que pagar por cada chapa), para que estemos tranquilos de que lo que vamos a comer no nos afectará al hígado, al páncreas ó al cerebro, sino más bien se nos pegará al riñón, en buena lógica por la calidad de carne controlada.- Pero… ¡nanai del Paraguay!…, aun así, a pesar de todos los controles de chapas que soportan las vacas, terneras y jatos, nos siguen dando… ¡gato por liebre!.-

Me viene a la memoria lo de las vacas locas y todos esos líos que se preparan los que manipulan los productos para ganar más dinero, jugando con nuestra salud.-

Como pasa con la leche, que en las fábricas la manipulan tanto que… ya solamente les falta sacar de ella… ¡petróleo!….-

Por eso hay que tener mucho ojo con la publicidad, pues a base de no decir toda la verdad, nos hacen gastar dinero sin necesidad, ya que al repetir machaconamente el eslogan una y otra vez, terminamos comprando lo que nos recomiendan como bueno, siendo que lo bueno, según nuestro refranero no necesita de ningún pregón para venderse pues… El buen paño en el arca se vende.-

En la radio, más de una vez he escuchado… ¡reprochar a un locutor de mucha fama! de que, lo que publicitan en su emisora es fraudulento, se presta a engaño, y no deben hacerlo.-

Contestación: << ¡Sí!, ¡Sí!; si ya lo sabemos pero es que… ¡esta emisora vive de la publicidad!… >>.-

Como la publicidad fraudulenta va a seguir existiendo, debería haber una contra publicidad por parte de las Organizaciones de Consumidores y Usuarios: de una forma oficial y continuada.-

Cada uno que diga y publicite lo que quiera, pero tenía que ser “obligatorio”, por los estudios y análisis realizados, explicar a los consumidores lo que esa publicidad tiene de “verdad” y tiene de “mentira”.-

Por aquellos años, en todos los pueblos alrededor de lo que hoy es el Pantano del Ebro, no había esos exhaustivos controles sanitarios, y sin embargo se criaban las mejores terneras de España: unas terneras de calidad extra.- Era un puro placer comer su carne de falda ó pescuezo, que dicen es la peor.- Y no digamos los solomillos ó las chuletas, que los comensales terminaban chupándose los diez dedos; y las vísceras, recomendadas por los médicos como refuerzo en la alimentación: los sesos, recomendados especialmente para los niños; el hígado, recomendado para los que padecían anemia; los riñones, las mollejas, los callos (patorrillo si son de cordero) etc., etc.- Todos bien guisados eran puros manjares, y nunca se supo de ninguna enfermedad derivada de estos productos.-También debemos mencionar la calidad del sebo de aquellas terneras.- Como escaseaba muchísimo el aceite de oliva, lo más preciado de aquellas terneras era su sebo.-

El diccionario define el sebo como: Grasa sólida y dura que se saca de los animales herbívoros, y que, derretido, sirve para hacer velas, jabones y para otros usos.-

Por aquellos años, en Arija se usaba para guisar (con hambre no hay pan duro).- Se hacían unas tortas de sebo que como un tesoro se guardaban en la despensa como reserva para freír huevos o condimentar unas patatas.- El inconveniente que había al guisar con el sebo era que, con el frío, las comidas se solidificaban muy rápidamente y había que comer ligero y recién hecho.-

Los tratantes de ganado catalanes se pegaban por llevar las terneras de Campoo y de la Vilga a los carniceros de Barcelona.- Todo se debía a que los aldeanos eran honrados: no se necesitaban leyes para que dieran un buen producto.- Para engordar a sus ganados no necesitaban de ningún clembuterol: les bastaban los magníficos pastos de la inmensa Vilga, aunque como la picaresca no tiene límites, aquellos aldeanos también tenían sus trucos… ¡naturales!…, para ganar algo mas de dinero con la venta de sus terneras.-

Las terneras y jatos se compraban en vivo a peso: ¡tanto pesas, tanto vales!.- Los aldeanos sabían cuando los carniceros iban a por los terneros, porque ya habían quedado con ellos un día y a una hora determinada.- El truco que tenían para ganarse un poco más de dinerillo era: antes de que el carnicero llegara para pesar los terneros, les daban de mamar todo lo que querían de dos vacas, ó les hacían tragar un balde de leche a base de biberones y así engordaban unos cuantos kilos antes de pesarlos, lo que se traducía en unos cuantos billetes más de ganancia.- Un truco que en nada perjudicaba a la salud: solamente perjudicaba a la cartera del carnicero.-

A los que nos ayudaban en el acarreo del agua, mi madre, en aquellos años de guerras y hambres, los alimentó tanto que, Paco el virojo llegó a ser el hazmerreír de los chavales de Arija.-

Engordó de tal manera que ambos carrillos le tapaban las orejas y los ojos se le perdían en la cara acentuando mucho más su gracioso estrabismo.-

Se le puso la cara tersa, redonda y brillante como una torta de aceite (por la grasa acumulada).- Llegó a infundir alarma entre las viejas cotillas del barrio pues las señoras mayores opinaban que Paco… tenía que padecer alguna enfermedad grave: por ¡el hinchazón! que mostraba su cara, además de tenerla absolutamente colorada.-

Aunque esto opinaban de Paco las señoras cotillas hipocondríacas, éste cada día estaba más eufórico, mas contento, más alegre y con más vitalidad: le brillaban los ojos de satisfacción y estaba muy claro que lo de la cara colorada e hinchada, potenciada además por el frío, el trabajo y el vino, más que de enfermedad era de salud.-

El señor Faustino, como persona más mayor, era más moderado y disfrutaba la paga yendo al Cine Vilanca a ver alguna película mientras se comía el capricho: cacahuetes, manzana o naranja.-

Por todo este inconveniente del agua, sobre todo en invierno, que para lavar la ropa se precisaba tenerla en abundancia, a mi madre la recomendaron una casa de la Fábrica donde podía ir a lavar confortablemente.- Aquella casa resultó ser la del señor José, el de las almadreñucas.-


El señor José

El señor José, guarda de Cristalería, tenía amistad con el practicante Don Pedro Huidobro, que en la Portería de la Fábrica se veían y saludaban a diario, y por su mediación nos pusimos en contacto con la familia de José García que, por su bondad, amabilidad y buena disposición, confraternizamos con ellos de inmediato: invitando a mi madre a que fuese a lavar la ropa a su casa siempre que lo deseara, estando encantados de que lo hiciera.-


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En invierno, con el frio y las grandes nevadas, era un alivio ir a la casa del Señor José a lavar la ropa, ya que solamente las casas de Cristalería Española tenían agua corriente. En verano, las mujeres tendían la ropa en las campas


En pocos días éramos íntimos, y me hice muy amigo de su hijo pequeño, Jaime, por coincidir en edad y en ansias de aventuras.- (También con el otro Jaime, el ciclista, que fue compañero de pupitre en la escuela coincidí en edad, pero no en aventuras, pues éste se dedicó a conseguir records deportivos, y en esto… ¡era imposible seguirle!).-

Cuento todas estas cosas para que se sepa que por éstas personas y otras como ellas, aquel pueblo de Arija, aunque pequeño en extensión y habitantes, fue, y espero seguirá siéndolo por siempre ¡un gran pueblo! Esto solamente se debía a las buenas cualidades que de todo orden mostraban sus habitantes, por lo que su historia no debe nunca perderse.-

El señor José, estaba casado con Maria Echave (la señora María) y tenían tres hijos: Porfirio, Josefa y Jaime (no recuerdo muy bien si hubo otro hijo en el matrimonio, malogrado).- En la foto Expo 1997/carnavales, enviada por Concha Lantarón, del año 1.930, en personas identificadas sentadas, la nº 3 es Josefa García Echave, hija del señor José, el que mencionamos en este relato.-

Esta familia podía salir en cualquier folleto de propaganda como ejemplo de familia unida, pacifica, bondadosa, trabajadora, tranquila, paciente, humilde, además de alegre y conformista con lo que la vida les daba, es decir: como modelo de familia cristiana, como otras muchas ¡familias ejemplares! que había por aquel tiempo en el pueblo de Arija.-

Josefa, tengo entendido que era una modista de primera categoría, hacendosa y muy leal, se marchó muy jovencita a vivir a Madrid con unos señores que la adoraban, y todos los veranos regresaba a Arija para pasar las vacaciones con sus padres pues su mayor gozo era poder estar todo el verano al lado de su familia.-

Haciendo bueno y certero el refrán que dice: De tal palo, tal astilla, Josefa superaba todas las buenas cualidades de sus padres, y con su forma de ser: caritativa, humilde y bondadosa, honraba a toda su familia en cualquier sitio y en cualquier circunstancia que se encontrara.-

Porfirio, que era el mayor, trabajaba en la Fábrica de Cristalería, y Jaime, el hijo menor, fue en mi infancia, como he dicho, uno de mis colegas de correrías y aventuras, incluyendo todas las travesuras que protagonizábamos por Arija, alguna como: sin tener esa intención, matar de una pedrada el gato más querido de un vecino.-

El señor José era la bondad, la paz, la paciencia y la tranquilidad en persona.-

Su gran ilusión y divertimento consistía en tener entre sus manos un trocito de madera y una pequeña navajilla.- Nunca tenía prisa por… vivir, y solamente necesitaba un taquito de madera y una navajilla con alguna otra herramienta, para ser el hombre más feliz del mundo.-


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El Señor José, con unas herramientas rudimentarias y toda la paciencia del mundo, hacía unas almadreñucas que después las regalaba como recuerdo de Arija


Pacientemente, día a día, sin ninguna prisa, iba con su navajilla soltando virutillas del taquito de madera para ir modelando, poco a poco, cualquier figurita que tenía proyectada en su mente, principalmente almadreñucas, que después, para completar su felicidad, las regalaba desinteresadamente a cualquier persona como ¡Recuerdo de Arija!.-

En los ratos libres, unas veces en su casa en las frías noches de invierno, y otras en las maravillosas tardes de verano en la chabola de la huerta que tenía cercana al arroyo por donde discurrían las malolientes y abundantes aguas de desecho de El Puli (departamento donde se pulían las lunas de Cristalería Española), y que se aprovechaban para regar las huertas, el señor José disfrutaba viendo como lo que tenía concebido en su mente, iba tomando realidad plasmada en el taquito de madera a medida que lo iba tallando.-

El tiempo de taller para alumbrar la figurita, pudiera ser de cuatro, cinco, o seis meses, o si fuese más poco importaba.- Lo que más importaba al señor José era disfrutar con su hobby, sin prisas.- Ponía todo el amor para sacar unas bonitas almadreñas u otras figuritas.- Después, lo barnizaba con todo su cariño, cambiando radicalmente la calidad y la presentación del trabajo y, por último, lo rotulaba con una leyenda.- Aquí sí que ponía todo su empeño para que le salieran unas letras y unos números dignos de las Escuelas de Cristalería.- Todo podía contribuir a que las figuritas o almadreñas fueran más vistosas para que el Recuerdo de Arija fuese imborrable .-

La guinda en la satisfacción del trabajo del señor José era, que estas almadreñas, como decimos, no se las vendía a nadie por mucho que le rogaran con dinero por poseerlas.- El señor José se las regalaba a cualquier conocido como souvenir de Arija.- Con el souvenir regalaba también su corazón.- Te lo daba ¡tan de verdad!…, con un cariño y una satisfacción tal que, el Recuerdo de Arija se convertía más bien en el Recuerdo del señor José.-


Augusto

Por aquellos años, en Arija había tres personas con minusvalías ó deficiencias mentales a los que la gente quería, comprendía y respetaba: integrados en el pueblo como uno más.- Uno de ellos era “Augusto”, de la “Fonda La Aurora”.- Todo “un personaje” muy querido por el pueblo y especialmente por los mozos, pues le encantaba sentarse con ellos en los bares para, “¡pícaramente!”, escuchar “los secretos” de las chicas de Arija que los mozos, en tertulia, hablaban entre ellos.-

“Augusto” no se perdía ningún día la llegada de los “trenes correo” de La Robla.- Iba a la estación y sin mediar palabra, arrebataba las maletas a los viajantes que llegaban en el tren y se los llevaba a “su fonda”: “Fonda La Aurora”.- Y ojo con los que protestaban: se podían llevar un buen cachavazo.- Tal era su habilidad y su terquedad que, además de hacer que los viajantes se quedaran en la “Fonda La Aurora”, terminaba siempre quedándose con un paquete de tabaco “Ideales” o de “Cuarterón” que llevaban los viajantes que fumaban.- (“Augusto” fumaba mucho: siempre tenía la colilla pegada en los labios, aunque la mayoría de las veces apagada).-


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1.- Augusto, 2.-Amancio, 3.-Donaciano, 4.-Marañón, 5.-Luis Alonso, 6.- Antonio el Madrileño


Año 1.945 en Arija-Vilga. (Detrás, al fondo a la derecha es la “Casa de Falange”; detrás a la izquierda es el edificio donde se hacía el mercadillo, hoy desaparecido por las aguas del pantano)


Augusto estaba presente en todos los acontecimientos de la vida pública de Arija. Donde había baile, estaba Augusto. Donde había juerga, estaba Augusto. Si se celebraba alguna boda, estaba Augusto. Tampoco faltaba a ningún entierro acompañando a la familia del difunto. Todo viajante que llagaba a Arija en el tren de la Robla le cogía las maletas y se lo llevaba a la fonda de su madre, quisiera o no.

A pesar de su deficiencia psíquica sabía en toda ocasión cómo comportarse y era al 100 por 100 respetuoso en los acontecimientos tristes y juerguista cuando lo requería la ocasión. Todo Arija estaba pendiente de Augusto.

En el caso de la fotografía se arrimó a comerciantes (Amancio y Antonio el madrileño) y a cargos importantes de Cristalería Española (Donaciano, Marañón y Luis Alonso) posiblemente representantes de algún festejo.


Una de las “bromas” que los mozos de Arija hacían para divertirse un poco, era provocar a “Augusto” para cabrearle.- Solamente había que quitarle “la boina”, quitarle “la cachava”, o quitarle “la colilla” que siempre llevaba pegada al labio inferior con hilos deslizantes de pegajosa saliva, para que estallara en cólera.-

“Augusto”, en si era pacifico, pero si alguien le hacía cualquiera de las tres cosas mencionadas se ponía fuera de si de una forma muy violenta.- Había que estar muy atento cuando estábamos a su lado si esto ocurría porque, si improvisadamente a alguien se le ocurría de repente quitarle algo, te podías llevar por sorpresa un buen cachavazo ya que arremetía contra el que estaba más cercano.-

Después de “cabrearle cariñosamente”, los mozos siempre terminaban “¡alegrándole la vida!” con un chiquito de vino y “hablándole de mozas”, que era su delirio.- Se le caía la baba de alegría cuando pasaba alguna “chica de buen ver” y los mozos “la piropeaban a discreción”.-

Un día, a nuestra cuadrilla, que éramos unos imberbes mozalbetes, se nos ocurrió para divertirnos hacer lo mismo que hacían los mayores: ¡quitarle la cachava!-

Uno de la pandilla, en un descuido le arrebató la cachava para cabrearle un poco negándose a devolvérsela y… le enfadó tanto que terminó corriendo tras nosotros por toda la Gran Vía con muy malas intenciones, que era justamente lo que queríamos.-

Uno de aquellos chavales, al echar a correr se enredó en una vara de avellano que llevaba y se cayó al suelo, teniendo que abandonar la vara porque “Augusto” se le acercaba.- La vara la cogió “Augusto” y, la circunstancia de ser más ágiles que él corriendo, hizo que aquella tarde “saltara la tragedia en Arija”.-

Como “Augusto” se sentía impotente para alcanzarnos y poder darnos un buen palo en nuestras costillas, pues corríamos mas que él, en un momento dado optó por lanzarnos la vara que había cogido del suelo, con tan mala suerte que, a uno de aquellos chavales (imposible acordarme como se llamaba), le dio, con una de las puntas de la vara, muy cerca de la nuca.- El chaval cayó fulminado al suelo como si le hubieran dado la puntilla.- Nos asustamos muchísimo pues al acercarnos a él para levantarle, vimos que tenía espasmos en los brazos y las piernas, ponía los ojos en blanco y había perdido el conocimiento.-

Asustados como estábamos lo llevamos a la enfermería de la Fábrica, que estaba cercana, para que le atendieran el médico y el practicante, e inmediatamente se lo llevaron a un hospital de Burgos.-

El diagnóstico del percance, que después nos enteramos fue: “trepanación de cráneo”, siendo preciso practicarle una delicada operación.- Afortunadamente aquel chico se recuperó totalmente, pero nos llevamos un buen susto y la tragedia se comentó mucho por Arija.- Creo que nunca más volvimos a molestar a “Augusto”.-


La merienda

Los años 40 – 41 - 42 siempre se ha dicho que fueron años de hambre.- A mí esto no me afectaba para nada porque mi estómago vivía en un “perpetuo silencio”: no me reclamaba alimentos, nunca tenía apetito de tal forma que llegaba a preocupar mucho a mis padres.-

Me hacían comer “a la fuerza”, y mi madre, para sobrealimentarme, me ponía para merendar unas rebanadas de “pan blanco” (esto del “pan blanco” en aquellos tiempos de escasez tenía “su miga”, porque por aquellos años en Arija solamente había “pan negro”, que era el pan con todo el salvado, y ver “pan blanco” era salírsele a uno los ojos de las orbitas) de las hogazas que mi tío nos mandaba por medio de la línea de “Autobuses Continental” desde el pueblo de Sedano (Burgos), untadas con una buena capa de mantequilla ó de nata de las vacas de La Población (sin manipular por ninguna multinacional, directa del honrado campesino), espolvoreadas con una capa de azúcar de caña de Cuba, que hoy día seria un postre exquisito en un hotel de lujo.-

Merienda que nunca me comía: solamente le daba dos mordisquitos, “¡en el espacio de una hora!”… mientras jugaba en la calle con otros chavales.-

Mi merienda siempre terminaban comiéndosela otros chavales de Arija, a los que su estómago “les picaba” mucho más que el mío.-

Pero en honor a la verdad diré que nunca, nadie, ningún chaval, aun teniendo mucho hambre me arrebató el “bocata” a la fuerza, ni me pedían que les diera nada.- Se las ingeniaban para “de forma legal” quedarse con él.-

Uno de los juegos que teníamos los chavales al salir de la escuela era el de “los cartones”.-

Las tapas de las cajas de cerillas tenían estampadas en una de sus caras motivos muy bonitos; como para hacer colecciones tales como: banderas, jugadores de fútbol, dibujos de humor, aves, animales de la selva, cerámica, coches, personajes, armas, toreros, barcos, etc. etc., que al igual que con las colecciones de sellos se aprendían muchas cosas, constituyendo para los chavales “pequeños tesoros”.-

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Las tapas de las cajas de cerillas, que las había con motivos muy bonitos, de chavales, las recortábamos para hacer "cartones" con los que jugábamos metiéndolos en un cuadrado de un metro de lado que se dibujaba en el suelo


Nosotros recortábamos estos “cartones” para coleccionarlos, pero también nos los jugábamos metiéndolos en un cuadrado que se dibujaba en el suelo y después había que sacarlos con “champlones” para ganarlos: el que los sacaba del cuadrado se quedaba con ellos (aunque el juego también tenía otras reglas para ganar).- Los que ganabas y no tenías y estaban en buenas condiciones los guardabas; los “malos” los volvías a jugar una y otra vez.-

Los “malos” nos los jugábamos ¡tantas veces!... que muchos de ellos estaban machacados, rotos y llenos de mugre, de tantos “champlonazos” como les dábamos.-

Yo jugaba con mi “suculento bocata” (durante toda la partida porque no lo comía), en la mano izquierda, mientras el rival jugaba sin ninguna atadura, totalmente “suelto” y “despierto”, lo que se traducía en que siempre terminaba ganándome todos los cartones que sacaba de casa: los “buenos” y los “malos”.-

Al final de la partida los chavales rivales del juego veían una buena oportunidad para comerse mi bocata “legalmente”.- Me proponían cambiarme el bocadillo por todos los cartones que me habían ganado, menos los que les valían para la colección.- Yo no lo dudaba ni un segundo pues también veía una buena oportunidad de deshacerme del bocadillo.- Lo cambiaba sin más, y me marchaba a casa con los bolsillos llenos de cartones rotos y mugrientos, hasta al día siguiente que los chavales, “¡más listos que el hambre!”, volvían a recuperar sus cartones “malos”, más otros “buenos” que sacaba de casa cogidos de mi colección, porque me volvían a ganar.- “Esto, aunque parezca mentira… es “¡verdad!”-

Mi madre, cuando regresaba a casa siempre me preguntaba lo mismo: ¿Hijo, te has comido el bocadillo?....- La respuesta también siempre era la misma: << ¡Sí, mamá!… ¡bueno!... ¡todo!... ¡todo!... “¡no!”...>>.-


Polémica en la Red

En la calle los chavales de Arija éramos un poco “piratas”, aunque siempre respetábamos mucho a las personas mayores, a las autoridades, a los maestros y a nuestro gran párroco Don Salvador Gómez y Gómez.-

Don Salvador nos explicaba en las escuelas, de una forma muy sencilla y comprensiva, la “doctrina cristiana”, de tal forma que se quedaba “impresa” en los corazones.-

Debido a… “¡aquellas explicaciones de religión!”… me he implicado en un “rifirrafe” acaecido en la Red, que parece que no tiene mucha importancia pero para mí sí tiene trascendencia.-

Se trata de una polémica originada por la interpretación de una frase que, en la cadena de radio SER, dijo el actual obispo de San Sebastián Don José Ignacio Munilla Aguirre, con motivo del terremoto de Haití acaecido el 12 de Enero del año 2.010 (el año pasado).-

Yo, al señor obispo de San Sebastián no lo conozco de nada.- Solamente que por la radio le oigo las explicaciones que hace del “Catecismo de la Iglesia Católica” que coinciden, muy ampliadas, con las que Don Salvador nos daba en las escuelas de Arija.- Puedo afirmar que de cuantos sacerdotes o curas (incluyendo Obispos, Arzobispos y Cardenales) he oído explicaciones sobre la “doctrina cristiana”, las de Don José Ignacio Munilla Aguirre, actual obispo de San Sebastián, han sido las que más “claramente”, con “más sentido”, de una forma más “razonable” y “convincente”, me han hecho comprender “todo el significado” de nuestra Religión Católica.-

Pues bien.- En una entrevista que al señor obispo le hizo la periodista Gemma Nierga en el espacio La Ventana de la cadena de radio "Ser", a una de las preguntas de la periodista el obispo Munilla contestó:

<< Existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días.- Nosotros nos lamentamos mucho de los pobres de Haití pero igual también deberíamos, además de poner toda nuestra solidaridad en ayudar a los pobres, nuestros medios económicos, etc.… “¡también deberíamos llorar por nosotros!”, por nuestra pobre situación espiritual, por nuestra concepción materialista de la vida.- Quizás es “un mal más grande” el que nosotros estamos padeciendo que el que esos inocentes también están sufriendo. >>

Esta fue, dentro de todo el contexto de la entrevista, una de las contestaciones del Señor Obispo a la periodista.-

Creo que no se le interpretó bien lo que quiso decir con esta frase.- (Es conveniente leer o escuchar toda la entrevista).-

Por la Red, se le ha “criticado”, “vituperado” y “crucificado”, creo que con una “intencionalidad malévola” por parte de mucha gente.- Le han puesto “como hoja de perejil”.- Todavía más: “una” (porque es una señora) alto cargo de un importante partido político le ha tachado de… ¡obispo sin alma!- (por Internet “anda” toda la “polémica”).-

Acordándome de… “aquellas clases de religión”… que nuestro párroco Don Salvador nos daba en las escuelas de Arija”, creí comprender lo que el señor obispo quiso decir y, sin pensármelo dos veces, porque me parecían totalmente injustas las críticas que le hacían, y una “gran afrenta” a su persona y a “nuestra religión” por hacérselo en la Red, me lancé al abismo de Internet para defenderle con un escrito: no sé si acertado o desacertado pero fue... “de corazón”.-

Mi escrito (hay versiones con más o menos palabras, según las que me admitían en los blogs) dice así:

1. Quin King.-

Febrero 20, 2010 11:50 am

El obispo dijo una ¡gran verdad!

Monseñor Munilla, en la entrevista que la periodista Gemma Nierga le hizo en el espacio La Mañana (me confundí, en vez de poner La Ventana puse La Mañana) en la SER, dio en el clavo con sus declaraciones, y no tiene que rectificar nada señor Lehendakari del Gobierno Vasco, porque ha dicho absolutamente ¡la verdad!

Visto la virulencia con que religiosos, políticos, escritores, periodistas, teólogos y demás gentes, se rasgan las vestiduras (y hasta las entrañas), para “condenar” al obispo Munilla, algo “gordo” y “verdadero” ha debido decir, porque sería propio de gente “sinsorga” atacarle de esa manera si lo que ha dicho “no es verdad”, ya que en ese supuesto sería más correcto advertirle y sacarle de su error con argumentos de caridad cristiana (o no hacer “ni caso” a lo dicho, por… “estupidez”).-

Pero no.- Munilla ha dicho una ¡gran verdad!, y eso, duele a los que se quieren erigir en pedestales de “sabiduría” para que la plebe “los aplauda”.-

A los soberbios, les sale como un resorte eso de… “ha blasfemado”, “crucifiquémosle”, que es lo que en el fondo vienen a decir y querer todos esos críticos del obispo.-

El obispo Munilla ha dicho que: es un mal más grande el que nosotros padecemos que el que esos inocentes sufren, refiriéndose a la catástrofe de Haití, para hacernos comprender “la gravedad del mal del que nos habla”.- También ha dicho otras muchas cosas que ustedes no quieren leer, agarrándose a esta frase como clavo ardiendo para “condenarle”.-

Son tan “monstruosos” los pensamientos de los que dicen que Monseñor es insensible a los dolores que padecen sus semejantes en Haití, que no hacen otra cosa que ratificar como verdaderas las opiniones del obispo respecto a la “enfermedad espiritual de nuestra sociedad”.- ¿A ustedes les extraña los males que nuestra sociedad padece?: “niños que desaparecen”, “chicas jóvenes terriblemente asesinadas”, “violaciones con ensañamiento”, “mujeres acuchilladas por sus parejas”, “padres maltratados por sus hijos”, “profesores amenazados y despreciados por sus alumnos”, “policías encubridores de gravísimos delitos”, “financieros estafadores”, “empresarios que se quedan con lo ajeno”, “robos con violencia”, “divorcios que desorientan a los hijos”, “abortos de chicas adolescentes”, “juventud adoradora del alcohol y las drogas”, “terrorismo con extorsiones y muertes”, “bandas callejeras de matones”, “políticos corruptos”, “mafias de trata de blancas”, “jueces prevaricadores”, y… pueden seguir enumerando males hasta donde quieran.

Con lo que la juventud percibe de nuestra sociedad a través de los medios de comunicación como… “modelos de vida”, no es extraño que “después” pasen todas estas cosas.- Y para más INRI, pretenden quitar los crucifijos de las escuelas y colegios, que es querer quitar los mandatos que Jesucristo nos dio para enderezar nuestras conductas, para que seamos “hombres nuevos”; y no hay nadie que nos haga ver la “gran catástrofe” a la que nuestra sociedad se encamina.- El obispo Munilla sí lo hace: con sus escritos, con sus declaraciones, con las explicaciones del Catecismo de la Iglesia Católica.-

Si la sal se desala… ¿quién la salará?.-

Me encantaría que todos esos “virulentos críticos” del señor obispo de San Sebastián: religiosos y teólogos, me explicasen el Catecismo de la Iglesia Católica como lo hace el obispo Munilla.-

De los titulares y tergiversaciones que hacen los periodistas en sus periódicos, me extraña menos, porque viven de la noticia espectacular, “aunque sea mentira”.- No se si lo hacen queriendo ó sin querer, pero son muy hábiles en “recortar” frases ó pensamientos para que el titular sea “espectacular”, “monstruoso” y “escandaloso”, para que vayamos corriendo al kiosco a comprar el periódico.-

Un columnista que llama “tarugo” al señor obispo, también ha escrito: Eso de comparar la delicada situación española con la horripilante catástrofe de Haití no es solo una mentecatez, sino una blasfemia.- (aunque dice que puede estar emitiendo un juicio temerario al criticar a monseñor).- Señor periodista, usted que escribe columnas que casi son “puro Evangelio”, ¿no le habrá traicionado también “ese pedestal” de tener que escribir a diario algo espectacular, sin pensar muy bien en lo que dice para que compremos el periódico y le paguen a usted su sueldo?- Quiero pensar que a Munilla no le han, ó no han querido entenderle; por eso, uno de esos teólogos que quieren “crucificarle” por lo dicho en la entrevista, escribe: “Para una persona que cree en Dios, lo más sagrado es la vida humana”.-

¿No será… “La vida eterna”… señor teólogo?, y por ende ¿la vida humana, que es sagrada para “los que creen” y para “los que no creen” en Dios? .-

Quiero estar, en este caso, al lado del señor obispo de San Sebastián: Don José Ignacio Munilla Aguirre, porque dijo una ¡Gran Verdad!

Este es el escrito que “propagué” por blogs en Internet; porque me pareció que, “¡con lo que yo sabía!”, mi obligación era defenderle.-

En alguna bitácora han escrito que: <<…//…publicamos el comentario pero no lo compartimos, porque “una tontería” siempre será “una tontería”…//…>>.-

Otros blogs, los más, también a mí “me ponen de hoja perejil”; y otros, más sensatos, (precisamente un sacerdote y director de un colegio de enseñanza), sobre el tema y también por Internet me ha contestado: <<Estimado Quin King, en mi opinión el sr. Munilla no se expresó correctamente.- Solo eso.- Quiso enfatizar en los males que él cree nos llevan a la perdición y le salió muy mal.-Todo el mundo tiene derecho a equivocarse>>.-

Bien, pero lo malo de todo es que, para el que no conoce al personaje en profundidad, ahí queda la calumnia para siempre, porque aún a sabiendas de que se han equivocado en las críticas, nadie rectifica ni pide perdón.-

Como pueden observar, en el encabezamiento del escrito no pone “Quin” sino “Quin King”.- Esto se debe a que en muchos blogs, para poder hacer un comentario, entre otras cosas, me exigían no solamente escribir con un nombre, sino también poner un apellido (aunque los dos fueran ficticios).-

Quiero sacar esto a relucir pues en la Red, hay “uno” que con el mismo seudónimo de “Quin” también “¡pone a parir!” al Señor Obispo.- Este “Quin” que critica a monseñor, “¡no es el Quin de esta Web de Arija!”.-

Tenemos que ser “cándidos como palomas” pero “astutos como serpientes” para discernir por nosotros mismos lo que vemos y leemos, porque hay muchas cosas “falsas” que debemos acotar.-

En los comentarios de los blogs, algunos dicen que soy… “un cura”; otros que soy… “un seminarista”; otros… “un compañero del obispo”; y alguno me tacha de… “facha defensor de Munilla”… siendo que solamente soy… “un chavalín de Arija que estudió algo de religión en la escuela”.- (aunque ahora ya sea mayor).-


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Luis Fernando de Prada (Sacerdote)                                                                              José Ignacio Munilla Aguirre (Obispo)


El sacerdote Luis Fernando de Prada y el obispo José Ignacio Munilla Aguirre son habituales en "Radio María" explicando el "Catecismo de la Iglesia Católica". Lo explican perfectamente. Quien tiene "buena voluntad" enseguida lo entiende


Los hombres, más que por caridad funcionamos por egoísmo, y siempre estamos “a la caza” para derribar lo que no nos gusta.- Por eso no me extraña nada todo el “alboroto” que ha originado el señor obispo con sus palabras: muchas gentes han visto la ocasión de… “¡derribarle!”.- Por unos momentos me he olvidado del “souvenir”, pero tenía que contar esto.-

En aquellos años, por Arija, ningún joven se ponía “piercings”, ni se hacía “tatuajes para exhibirlos”, como se hace hoy día.- Los mozos se hacían unos cinturones y muñequeras de cuero en los que incrustaban balas de fusil, balines de pistola o realillos de 25 céntimos del año 1.937 (aquellos realillos que tenían un agujero en el medio y que los mozos llevaban con altivez).-

También, como no había partidos políticos a quien votar, los jóvenes se dedicaban más a… “cantar”, a… “ir a las fiestas” y a… “¡disfrutar de la vida!”….-

Lo mejor de la política era… “¡olvidarla!”, (igual como pasa hoy, igual como pasará mañana).-

Nos volvemos locos por “escoger” a nuestros dirigentes, y creo que “la ciencia política” está en, además de poder “escoger” a quien queremos que nos gobierne, también tener la facultad para poder… “echar del gobierno”... a los que en el momento oportuno…“¡no queremos que nos gobierne!”…, y para esto los políticos… “¡no quieren hacer leyes!”…(al final todos se corrompen).-

Estos días hay una gran polémica con el Diccionario Biográfico Español, realizado bajo los auspicios de la Academia de la Historia.- Los historiadores “¡no se ponen de acuerdo!” para “definir” a los personajes.- En el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, después de “setenta y cinco años”, los historiadores que escriben las entradas de los personajes, todavía no saben que definición poner de Franco: si era un dictador, un autoritario ó un totalitario.- ¡Ni lo sabrán nunca!-

He leído que, el 18 de Julio de 1.936, partió a España en “dos”, y no es verdad.- España estaba ya partida en “dos”.- El Mundo estaba ya partido en “dos”.- Yo estaba partido en “dos”.- Todos estamos partidos en “dos”, y lo seguiremos estando hasta el fin del mundo, porque continuamente tenemos que estar decidiendo de qué lado nos ponemos ante los acontecimientos que se nos presentan en la vida, y eso… “¡parte en dos!” a cualquiera.-

Por eso tampoco me extraña el “alboroto” originado por las palabras del señor obispo, ni los “desacuerdos” de los historiadores para definir a los personajes que entren en el “Diccionario Biográfico Español”.-

Todas las posturas, tan diferentes y antagónicas, que he escuchado o leído sobre la Guerra Civil Española, desde la perspectiva de quien lo cuenta están justificadas y fueron “legítimas” (y a lo mejor hasta tienen razón); así que en este mundo en cuestiones de “política” y “religión”, jamás habrá “unanimidad” ni “consenso”: “¡la guerra!” continúa….-

En este día de Julio del año 2.011, os dejo este “Souvenir de Arija” de las “almadreñucas”, que también está partido en “dos”.-

Quin.-